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Quedó en tierras uruguayas

MONTEVIDEO -- Alberto Spencer, el futbolista que a fuerza de goles unió a Ecuador y Uruguay, fue sepultado el martes en la capital uruguaya.

El jugador ecuatoriano, que hizo su carrera con el Peñarol de Montevideo y vivió gran parte de su vida en Uruguay, falleció el viernes, a los 67 años, en una clínica estadounidense donde fue sometido a una operación cardíaca a mediados de octubre.

La última parte del velatorio se realizó en la cancha de básquetbol del club Peñarol, con el que Spencer marcó 48 de sus 54 goles en la Copa Libertadores, un récord que todavía permanece en pie.

"Ha muerto un caballero en el mayor sentido de la palabra. Por encima de ese futbolista admirable, su capacidad goleadora, estaba esa bonhomía, su gentileza", comentó el embajador de Ecuador en Uruguay, Leonardo Carrión.

"Es emotivo como fue recibida la muerte de Alberto, tanto en mi país donde es un referente, como en Uruguay. Y como era Alberto queda reflejado en que otros futbolistas que pudieron ser mejores quedaron rápidamente en el olvido y no despertaron este sentimiento", agregó.

Sostuvo que las proezas deportivas y la personalidad de Spencer fueron "un factor de hermandad entre nuestros pueblos".

Una vez terminada su carrera deportiva, el delantero fue diplomático del gobierno ecuatoriano en Uruguay.

Le sobreviven su esposa chilena María Teresa, sus hijos Alberto, Walter y Jacqueline y varios nietos. Algunos familiares vinieron de Ecuador donde en la víspera, en Guayaquil, se realizaron otros homenajes al llamado "caballero del gol".

Miles de personas desfilaron por la sede de Peñarol, que lucía a media asta sus banderas amarilla y negra, incluyendo viejas glorias del equipo que supo amasar cinco trofeos de Copa Libertadores.

El ex compañero de Spencer, el lateral Omar Caetano, lucía su rostro surcado por las lágrimas. La tristeza era visible en la cara de Héctor "Lito" Silva, otro formidable goleador que sucedió a Spencer, así como la de Fernando Morena, que con más de 600 goles es otro referente de formidables equipos aurinegros.

El ex presidente uruguayo y presidente honorario de Peñarol, Julio M. Sanguinetti, recordó en la despedida a Spencer algunos pasajes de su ilustre carrera. Entre estos, la final por la Copa Libertadores de 1966 en Santiago ante River Plate de Argentina.

Ese partido pasó a la historia cuando el ex arquero de River Amadeo Carrizo, con el marcador 2-0 a su favor, paró una pelota con el pecho en un tiro de Spencer. Peñarol le dio vuelta a la pizarra y ganó 4-2, con un par de goles del ecuatoriano.