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Entre la solvencia y la liquidez

BUENOS AIRES --Ya está.
-A Dios gracias.
-Se acabó.
-Kaputt.
-This is the end.
-Bueno, terminemos con esto.
-Considerémoslo una liberación.
-Sí, algo beneficioso.
-De todos modos, se hizo lo que se pudo. Y lo que se pudo fue mucho.
-Con menos nos hubiéramos sentido conformes.
-Con mucho menos.
-Eso digo.
-Pero entonces, una última reflexión.
-No, por favor, basta de reflexiones.
-La última.
-Bueno, está bien.
-¿Sabe qué creo? Que el mayor atributo en el deporte es, a fin de cuentas, la solvencia.
-¿La solvencia?
-Claro. ¿Sabe a qué me refiero?
-Supongo que sí, pero estoy seguro que no.
-Solvencia es la capacidad para cumplir con ciertas obligaciones a corto plazo, teniendo en cuenta que uno dispone de ciertos recursos. O sea: la relación entre lo que se tiene y lo que se debe.
-¿No se lo dije? No entiendo.
-Para que un equipo cuente con solvencia, debe estar capacitado para liquidar las deudas contraídas y demostrar que puede seguir una trayectoria normal que le permita conservar esa situación en el futuro.

-¿Y cómo se aplica eso a Los Pumas?
-Los Pumas no supieron diferenciar entre el concepto de solvencia con el de liquidez. Liquidez es tener el efectivo necesario en el momento oportuno que permite pagar los compromisos contraídos.
-¿Y entonces?
-Solvencia es contar con los bienes y recursos suficientes para respaldar las deudas contraídas, aun cuando estos bienes sean muy diferentes al efectivo.
-¿Los Pumas, entonces, tenían el efectivo pero no eran solventes?
-Algo así.
-Amplíe.
-Liquidez es cumplir con los compromisos y solvencia es tener con qué pagar esos compromisos. Para tener liquidez se necesita solvencia permanente. La solvencia es la posesión de bienes que permiten liquidar deudas, pero si no hay facilidad para convertir esos bienes en efectivo para hacer los pagos, entonces la liquidez no existe.
-¿Qué falló entonces?
-La contabilidad. El no haber entendido que todo equipo que tiene liquidez es solvente, pero que no todo equipo solvente tiene forzosamente liquidez. ¿Entiende?
-Creo que sí. Lo que usted quiere decir, en cualquier caso, es que se tomó una cosa por otra.
-Sí. Todos nos engañamos. Ellos, en primer lugar. Es la locura a la que me referí hace unos días. Fue una locura confundir una cosa con otra, porque en definitiva, con todo su heroísmo, Los Pumas no son solventes, aunque les sobre liquidez.

-¿Y los Springboks?
-Tuvieron las dos cosas, liquidez y solvencia. Trasladado a términos deportivos eso significa no cometer ni un solo error. Es decir amar sin tener nunca que pedir perdón. ¿Se acuerda de Los Pumas contra Francia?
-Errores... errores cometen todos.
-Eso es cierto, errores comete cualquiera, y pueden no tener mayor trascendencia si uno se enfrenta con un principiante. Pero cuando se juega con un equipo verdaderamente solvente, cada error puede ser fatal.
-La pelota estaba mojada, había rocío en la cancha.
-Perdón, pero el rocío corría para los dos.
-Estaban nerviosos.
-Los sudafricanos también, ¿qué se cree?
-Fueron mejores.
-Mejores no: solventes.
-En este Mundial, Los Pumas jugaron como nunca.
-Sí. Pero perdieron. Como siempre.
-¿Esto nos deja alguna enseñanza?
-Loffreda, después del encuentro, dijo: "Argentina demostró que el rugby no pasa sólo por el profesionalismo o intereses externos al deporte; también está el amor a una camiseta, una filosofía, el espíritu de un equipo, el corazón, el alma de un equipo."
-¿Y cuál es la enseñanza?
-Que con el amor a una camiseta, una filosofía, el espíritu de un equipo, el corazón y el alma de un equipo, no se gana un campeonato del mundo. Eso es liquidez. Los sudafricanos no tienen nada de eso, pero son solventes.
-Creo que ahora entendí.
-De todos modos, no tiene la menor importancia. Ahora tenemos por delante otra tarea.
-¿Cuál?
-Juntar monedas para tirárselas a Los Pumas cuando desembarquen en Ezeiza.
-Con lo que escasean las monedas.
-Por eso digo. Empecemos a juntar. ¿Usted cuánto tiene en los bolsillos..?
-Ya le digo, déjeme ver...

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