Los puristas del béisbol quizás critiquen la creciente dependencia de los relevistas, pero es una tendencia que es poco probable que se revierta en el futuro cercano. Aunque recientemente se ha enfatizado mucho en el conteo de pitcheos y en las salidas tempranas para prevenir lesiones, también está el hecho simple de que los lanzadores abridores se han convertido en menos y menos exitosos a medida que el juego avanza. Parte de este declive es simplemente debido a que la velocidad merma (más sobre esto luego), pero también se le puede atribuir a la familiaridad -- los bateadores se sienten más cómodos cuando ven al mismo lanzador por segunda, tercera o cuarta vez en el mismo día. Todos sabemos esto, y los promedios de bateo en las segundas y terceras ocasiones en que se miden a una alineación lo confirman.
Pero sin embargo, existen atisbos de esperanza para los puristas. No todos los lanzadores pierden velocidad durante un juego, y algunos, como Justin Verlander, en realidad lanzan más duro y mantienen su efectividad a medida que el juego avanza. Y Verlander no es el único en esa lista.
El Modelo
Para tener un escenario completo de como la efectividad de un lanzador abridor cambia a lo largo de un partido, necesitamos controlar la calidad de los lanzadores (mejores abridores que llegan más lejos en los partidos) al igual que la calidad de los bateadores contrarios (abridores que quizás solo ven la parte superior de la alineación de bateo en su tiempo final a lo largo de la alineación y que es poco probable que se midan a un lanzador contrario al final del juego). Cuando vemos esto vemos que los lanzadores, en promedio, son media carrera peor en efectividad al momento en que se miden al 25º bateador del juego, y tienen un 20 por ciento menos de probabilidades de conseguir un ponche. Pueden ver los efectos de la familiaridad y de la velocidad disminuida. Los lanzadores jóvenes (por debajo de los 25 años) pierden velocidad y valor más rapidamente, mientras los lanzadores más viejos (33 años y más), como grupo, casi no pierden velocidad (quizás porque son más inteligentes sobre no sobrelanzar demasiado temprano). Pero incluso lanzadores más viejos se convierten en menos efectivos a medida que los bateadores se ajustan a sus ofrecimientos.
Dan Brooks demostró que mantener la velocidad a lo largo de una salida es una habilidad repetible. Podemos utilizar la medida de cuales lanzadores mantienen su velocidad a lo largo de un juego con sus resultados pasados en diferentes etapas del juego para proyectar cuan exitosos serán los lanzadores en diferentes puntos del juego. Cuando lo hacemos, podemos crear una lista como la que tenemos abajo, donde seleccionamos los verdaderos caballos purasangres del béisbol, aquellos lanzadores que mantienen su efectividad a lo largo de los partidos. Me limité a los lanzadores que promedian seis entradas o más por salida. Las proyecciones para la calidad de cada lanzador, demostrada como efectividad, en el principio (primer bateador) y casi al final (25º bateador) de las salidas son neutrales en términos de estadio y defensiva. Esas proyecciones están basadas en una metodología simple que las típicas Proyecciones Steamer para poder capturer la complejidad añadida del pronóstico de la acutación de un lanzador en diferentes etapas del juego.
Los Purasangres
Verlander es la definición de un caballo de trabajo. Él suele comenzar de forma lenta y va aumentando la velocidad a lo largo de los partidos, con un pico de velocidad en la octava entrada. Es el líder en todo el béisbol en lanzamientos en tres de los últimos cuatro años, y su disponibilidad para lanzar lejos en los partidos ha jugado un gran papel en su éxito. En términos de su efectividad, también eso es posible porque Verlander en realidad va ganando velocidad, la efectividad de sus ofrecimientos secundarios -- más notablemente un mejorado cambio -- ha aumentado, aunque no los utiliza tan frecuentemente.
Johnny Cueto, al igual que Verlander, lanza más duro en las entradas finales, y, también como Verlander, no se aleja demasiado de la recta en la segunda y tercera ocasión a lo largo de la alineación. Aunque la durabilidad de Verlander a lo largo de los años da apoyo al argumento de que los lanzadores no se cansan tan fácilmente, y consecuentemente no lanzan cuando están cansados, y son menos propensos a lesiones, Cueto provee algo que podría servir de contra argumento, ya que está en la lista de lesionados, y no es la primera vez. Sin embargo, vale la pena destacar que la más reciente lesión de Cueto ocurrió temprano en un juego y sus lastimaduras en el hombro y torso quizás se deban a la forma en que lanza y no por fatiga. (Además él hizo 30 o más aperturas en cuatro de cinco temporadas antes del 2013.)
Junto con Verlander, Max Scherzer le ha permitido a los Tigres tener que depender menos de un bullpen que, aunque ha mejorado, no ha sido una de sus fortalezas. Su habilidad para llegar lejos en los partidos, junto con el mejor apoyo ofensivo en el béisbol, ha ayudado a Scherzer a amasar un increíble total de 18 victorias en 25 salidas. Pero contrario a Verlander y Cueto, Scherzer lanza menos rectas en la segunda y tercera vez que se mide a una alineación, mezclando cambios de velocidad. Además depende de un muy buen movimiento de su recta.
Cliff Lee es el mismo lanzador a lo largo del juego, manteniendo en esencia la misma velocidad y la misma mezcla de pitcheos. Noten que a pesar de utilizar los mismos pitcheos, se espera que él sea menos efectivo cuando los bateadores lo ven por tercera vez. Pero también se destaca el hecho de que su declive es solo la mitad de un abridor típico.
Al igual que Lee, Matt Cain mantiene su velocidad, pero contrario a Lee, él altera la mezcla de sus pitcheos, utilizando menos rectas y más sliders en las entradas finales. De acuerdo a la investigación de Jon Roegele, su ligero cambio de rectas a cambios de velocidad es la norma, pero como demuestran Verlander, Cueto y Lee, no es la regla. Verlander, Cueto y Lee sugieren además que el alterar la mezcla de pitcheos la segunda y tercera vez que se miden a una alineación no es un prerrequisito para tener éxito en las entradas finales.
Los lanzadores de un Cuarto de Milla
Los lanzadores de un Cuarto de Milla (Quarter Horses) son los lanzadores que salen de prisa de la gatera, pero que se desvanecen rapidamente. A.J. Burnett, Cole Hamels y John Lackey comienzan el juego como uno de los mejores lanzadores en el deporte, pero para el momento en que llegan al 25º bateador del juego, su equipo luciría mejor con un lanzador relevista promedio. Los tres han perdido velocidad en su recta rápidamente a lo largo de los partidos este año. Hamels, a pesar de su baja en velocidad, ha sido tratado como un purasangre, promediando 6.6 entradas por apertura este año. Los bateadores contrarios le conectan para un OPS de .833 contra él en su tercer viaje al plato. Los Piratas y Medias Rojas serían inteligentes si sacasen rapidamente a Burnett y Lackey, respectivamente, si se encontrasen en las entradas medias de partidos cerrados en los playoffs.