ASHBURN -- Cuando Aldrick Robinson anota un touchdown, los Washington Redskins ganan. Claro, es una coincidencia, pero también es una señal de que la ofensiva está jugando bien.
En las últimas dos temporadas, Robinson ha atrapado pases de touchdown en cuatro partidos y los Redskins los han ganado. Sumó otra anotación esta semana, un pase de 45 yardas en el último cuarto de la victoria, 45-41, sobre los Chicago Bears.
Cuando los Redskins están corriendo bien con el balón, y pueden lastimar a sus rivales con pases de engaño de carrera, Robinson puede explotar su velocidad a lo profundo. Echemos un vistazo a los partidos en los que ha atrapado pases de touchdown: En contra de los New Orleans Saints en el primer partido del 2012 (40 puntos); frente a los Philadelphia Eagles y Dallas Cowboys en las Semanas 11 y 12 la temporada pasada (31 y 38 puntos, respectivamente) y de nuevo el domingo. Hubo un pase dejado caer en la zona final ante los Detroit Lions, la diferencia entre un partido de 20 puntos (y derrota) y forzar un tiempo extra con 27 puntos.
"Desde ese partido he estado esperando tener mi oportunidad, me dieron un par de oportunidades y realicé un par de buenas jugadas", declaró Robinson.
Sí, lo hizo. Corrió una ruta cruzada, alejándose de Charles Tillman desde el inicio en camino a una ganancia de 30 yardas.
"[Tillman] estaba detrás todo el tiempo y no podía seguirme el ritmo", señaló Robinson.
Sin embargo Robinson es un objetivo unidimensional y ese es el problema. ¿Cuál es la razón por la que Tillman lo superó en el primer cuarto para una intercepción? Porque sabía que Robinson estaba fungiendo como un señuelo en la jugada y sorprendió a los Redskins, y al mariscal de campo, Robert Griffin III, en particular. Más tarde en el partido, Tillman rompió la cobertura de nuevo, sólo que esta vez fue porque vio la ruta de Robinson. Lo importante es que Robinson no era el blanco principal en la jugada, era Josh Morgan, y estaba desmarcado. Pero Griffin vio un duelo favorable con Robinson y el profundo y Tillman respondió de una manera que no esperaba. No fue una buena decisión; pero funcionó.
Para que Robinson se convierta en una parte más consistente de la ofensiva, necesita mostrar que puede ser más que un señuelo y un arma ocasional a lo profundo. Parte de eso se deriva porque aún se está acostumbrando a correr rutas a la velocidad y profundidad adecuadas. No ha sido difícil interrumpir pases en rutas sesgadas hacia él, por ejemplo.
Sin embargo, cuando la ofensiva está jugando bien como el domingo, entonces Robinson puede ayudar con una jugada grande. No es que tenga que luchar por quitarle el puesto titular a Pierre Garcon, pero Robinson debe ser capaz de hacer más para que no sea sencillo descifrar cuándo es un señuelo o el objetivo del pase.