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Ayala tiene clara la clave del éxito

LAKE BUENA VISTA -- Se posicionó como uno de los mejores relevistas de Grandes Ligas en su primera temporada completa en el máximo nivel. Ahora Luis Avilan enfila baterías para mantenerse en la élite entre los apagafuegos.

El venezolano, quien no se sorprende del éxito registrado en el 2013, no está pensando en cambiar nada con respecto a sus lanzamientos, a su forma de pitchear y mucho menos a su manera de actuar desde la lomita.

Para él es muy sencillo, ¿por qué va a modificar algo si con el repertorio que tiene y su calculador dominio de la escena desde el diamante se convirtió en uno de los relevistas más efectivos de la Liga Nacional, la campaña pasada?

"No hay nada nuevo. No puedo cambiar lo que me ha dado buenos resultados", dijo Avilán a ESPNdeportes.com.

El zurdo fue el tercer apagafuegos, entre los que acumularon más de 60 innings, de mejor efectividad (1.52) y con más holds (27); su cuarto en juegos lanzados (75) y promedio al bate permitido a los rivales (.175); se ubicó de quinto en whip (0.95). Fue el que octavo que menos elevados permitió (79) y el decimoctavo con la mayor cantidad de rollings inducidos (110).

Esos fueron los registros que elevaron a Avilán a la categoría en la que están los más efectivos relevistas de Grandes Ligas.

"Nunca me imaginé que iba a estar en esta posición tan rápido. En el deporte, no solo en el béisbol, necesitas tener mucha suerte, ya que muchas veces te preparas súper bien y las cosas te salen mal. Gracias a Dios yo tuve la suerte de que las cosas me salieran bien. Son cosas inesperadas que se me dieron, pero para lo que había trabajado", expresó el lanzador de 24 años de edad, quien el año pasado tuvo que tomar el rol de setup de los Bravos de Atlanta ante las ausencias -- por lesión -- de Johnny Venters y Eric O'Flaherty.

Esas mismas estadísticas son las que respaldan la certeza de Avilán de no tener que modificar nada en su accionar, pues con la experiencia obtenida en el 2013 todavía le puede sacar ventaja y más aprovecho a sus condiciones, sin necesidad de cambiar nada.

"Me siento un poco más maduro respecto a las cosas que tengo que hacer, a cómo tengo que trabajar, lo que tengo que hacer desde la primera hora que llego al estadio. Lo que más me ha dejado esa experiencia que he tenido desde que llegué a Grandes Ligas es eso, la madurez se saber trabajar en este nivel", reconoció.

En estos entrenamientos Avilán solo está reactivando su rutina, luego de descansar en el invierno, al no actuar con los Cardenales de Lara en el béisbol profesional de Venezuela, por primera vez en los últimos cinco años.

"Me estoy preparando físicamente en el gimnasio, con las pesas y volviendo a trotar otra vez. También he estado tratando de retomar lo que son mis pitcheos, la manera lanzarlos, tratar de rebobinar todo lo que hice el año pasado para estar listo para la temporada", dijo.

El zurdo ha sustentado mezcla de su repertorio, compuesto por una recta que promedia 93 millas por horas, una curva (75.5 mph) y un cambio de velocidad (81.7). Además de tener un buen dominio de la zona de strike.

En el 2013 fue el lanzador, con más de 50 juegos lanzados, que menos jonrones aceptó en Grandes Ligas, al tolerar tan solo uno. En 106 encuentros en las mayores apenas dos bateadores le han sacado la bola del parque.

Para el venezolano no hay secreto para su inmunidad ante los cuadrangulares. "Eso [lo de los jonrones] es suerte. Se trata de localizar los pitcheos bajitos, siempre caerle encima a los bateadores, no estar por detrás de ellos. Pero para mi es que no le han andado para arriba, porque líneas y rodados si me han dado duro. Esperemos que siga así".

Los Bravos también esperan que esa situación siga así al igual que la consistencia y efectividad del zurdo en sus presentaciones en la temporada que está por comenzar y en la se mantendrá como el setup del equipo, formando una envidiable llave con Craig Kimbrel.