<
>

La final que nadie vio

Gussoni puso primera en el Abierto de Portugal AP

ACAPULCO (Especial para ESPNdeportes.com) -- Lo pensó cuando abrió los ojos en su habitación del opulento Fairmont Princess. Lo pensó durante el desayuno, a unos pocos metros del Océano Pacífico. Lo pensó camino al court 4, escenario de su partido por la segunda ronda de este Abierto Mexicano Telcel. Lo pensó en los momentos de lucidez, y también en los instantes de sufrimiento frente a Katerina Bohmova, una de las 16 checas ubicadas entre los primeros 200 del ranking mundial. Lo pensó, y de tanto pensarlo, lo concretó.

Este miércoles en Acapulco, la argentina Natalia Gussoni logró por primera vez acceder a los cuartos de final de un torneo WTA. ¿Gran noticia? Sí para Gussoni y sus 24 años. La de hoy fue su íntima final. Y la ganó.

No será tapa de los diarios, por supuesto. No llamará la atención dentro de la marea de triunfos que la Legión Argentina - la de los hombres, claro - ha desatado desde hace más de un lustro. Pero lo suyo es uno de esos ejemplos que el deporte regala periódicamente.

En la vida real, a los 24 recién se empieza a vivir. En el Planeta Tenis, a esa edad uno está adentro de esta fiesta para pocos - esos pocos que juegan Grand Slams, que ganan de a miles de dólares, que superan la barrera del milllón en premios oficiales - o se empieza a despedir. De los cheques y de los sueños.

Pues bien, Natalia no se quiere despedir. No a los 24 años.

Entonces se recupera de una lesión en la muñeca que la tuvo nueve meses parada entre el 2004 y el 2005. Invierte lo ganado en los Interclubes de Italia, Suiza y Francia, para hacer una interminable gira de 6 meses que la lleva hasta lugares impronunciables como Kedzierzyn-Kozle. Arranca el 2006 con una segunda ronda en Bogotá, y en Acapulco explota. Sí, una explosión silenciosa para el resto del mundo. Pero gigantesca para el Universo Gussoni.

Aquí, en suelo mexicano, la argentina ganó tres partidos de qualy, y dos más de main draw. Cinco victorias en cinco días consecutivos --otro récord para ella-- bajo temperaturas de horno microondas (el torneo tiene dos caras: la del relax de los espectadores, y la de tortura de los jugadores).

¿El premio oficial? 4135 dólares, según señala la escala del prize money. ¿El verdadero premio para Gussoni? Llamar a casa después del baño post victoria, hablar con papá Enrique y mamá Josefina, y decirles con una sonrisa gigante, que no se ve pero se siente: "Lo logré, estoy en cuartos de final por primera vez en mi carrera".

Para ella, ganar su íntima final, no tuvo precio.