|
SAO PAULO (EFE) -- El delantero argentino Carlos Tevez selló el miércoles la paz con los líderes de la principal barra organizada del Corinthians, pero admitió que su permanencia en Brasil puede estar llegando al fin, por presiones de su familia. "Es muy difícil que permanezca. Florencia (su primogénita) está muy asustada. Mi esposa también. Esas cosas no son fácil de olvidar", manifestó el mejor futbolista del Campeonato Brasileño de 2005, que ganó el Corinthians. Tevez aludió a un incidente registrado el sábado tras el partido de la Liga nacional que su club empató 2-2 con el Fortaleza. Decenas de airados hinchas del Corinthians atacaron a patadas el automóvil del goleador argentino en el que también iba su familia. "Tengo que pensar bien porque tengo una hija. Si le ocurre algo a ella. Tengo que pensar bien. No es una cosa fácil de tratar", expresó. Tevez marcó el segundo gol de su equipo y durante la celebración irritó a los hinchas del campeón brasileño, especialmente a los militantes de la barra "Gavioes da Fiel", al pedirles silencio llevando el dedo indicador derecho a los labios. "Gavioes da fiel", la más numerosa y temida barra del Corinthians, amenazó con montar un campamento frente a la casa del ex jugador de Boca Juniors para exigir la retractación de su gesto, o incluso su salida del club. Algunos fanáticos lo llamaron "mercenario" y otros insultos lanzaron contra otros jugadores titulares que no han rendido lo esperado en la temporada. Tevez se reunió el lunes con líderes de dos barras organizadas del club y explicó que su gesto fue una reacción acalorada contra las presiones que viene recibiendo el equipo a raíz de la campaña que cumple en el torneo, del que es el último clasificado. Dijo que no estaba arrepentido por haber mandado callar a los hinchas. "Ellos tienen que respetarme primero. Sólo hice eso dentro de la cancha porque me insultaron. De lo contrario no lo habría hecho. Como me han pedido disculpas, también me disculpo con toda la nación corinthiana", dijo el miércoles a periodistas. En relación con su futuro en el equipo dejó un manto de misterio. "Tengo que hablar con mi familia", dijo tras asegurar que por él permanecería en Brasil, pero su esposa e hija "están muy tristes". Añadió que tras el incidente del sábado "nunca más" las llevará al estadio. El año pasado Tevez solía entrar en la cancha con su hija en los brazos.
|
