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Después de su victoria ante Margarito, Mosley debería quedarse un tiempo más en los welters
Estos últimos años, los rankings libra-por-libra han estado tan de moda como la declaración en quiebra de los boxeadores. A tono con lo absurdo de los alfabetos, ranquear a los mejores de Bash Boulevard de la misma manera tiene perfecto sentido. Pero, ¿por qué nadie ranquea las mejores divisiones libra-por-libra?
Si existiera una lista semejante hoy en día, no cabe duda de que el peso welter encabezaría la lista.
"Al parecer, siempre que los pesos pesados se vienen abajo, los pesos welter surgen", dijo el historiador Bert Sugar. "Tiene que gustarte lo que nos están dando y las buenas peleas engendran más buenas peleas -- y más dinero".
La sorpresiva paliza que Shane Mosley le dio a Antonio Margarito fue un claro recordatorio de la inmensidad de talento que existe hoy en 147 libras. Miguel Cotto sigue haciendo lo suyo aquí, al igual que Andre Berto, Kermit Cintron y Josh Clottey. Pero lo que separa al peso welter del resto de las divisiones son sus competidores part-time, como Paul Williams, Manny Pacquiao, Oscar de la Hoya, Ricky Hatton y Floyd Mayweather. Todos estos estelares libra-por-libra han luchado en peso welter dentro de los últimos 18 meses.
Y tal vez algunos regresarán.
Sin embargo, la abundancia de talento puede enceguecerte, de modo que es necesario poner las cosas en perspectiva: Son buenos tiempos, pero no es la época de oro del peso welter, ni estamos en una época dorada.
Al menos no todavía. De hecho, en términos de lo que realmente importa -- grandes boxeadores, grandes peleas y momentos emocionantes -- este grupo de welters no se compara con la extraordinaria calidad que vimos hace una década, ni con el talento que hizo historia 20 años antes de eso, cuando un paquete de seis miembros del Salón de la Fama se alternaba en batallas que dejaron la división de peso pesado aún más irrelevante que hoy.
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Peleas como Roberto Duran-Tommy Hearns I y II tuvieron en vilo al público
A fines de los años '70 y principios de los '80, las estrellas de 147 libras lucieron más convincentes que nunca. Desde enero del '79 hasta septiembre del '81, Sugar Ray Leonard, Thomas Hearns, Wilfred Benítez, Roberto Duran, Pipino Cuevas y Carlos Palomino disputaron siete peleas en peso welter (y durante el transcurso de 10 años, 12 combates en total), llevando a cabo 10 cruces de los 15 posibles.
"Fue muy inusual; la mayoría de los mejores boxeadores del mundo estaban en la misma división", dijo Emanuel Steward, quien dirigió y entrenó a Hearns. "Y todos lucharon entre sí.
"Ray era el pilar. El público se enamoró de él, y en la historia nunca ha habido un boxeador que controlara el boxeo como él, ni siquiera Ali".
No sería descabellado decir que Leonard-Duran I y II y Leonard-Hearns I fueron peleas que detuvieron el mundo. Es más, Leonard-Hearns I es un ejemplo de dos de los grandes boxeadores de la historia enfrentándose en su mejor momento, y en su mejor peso. Intenta pensar en otras peleas que cumplan estos requisitos. Tu lista será corta.
"He cubierto casi 400 peleas titulares desde entonces", escribió George Kimball en "Four Kings", "pero con todas sus fascinantes matices, Hearns-Leonard I sigue siendo la mejor pelea que he tenido el privilegio de ver".
Ahora adelantemos unos 20 años: A principios del 2000, tres de los mejores cinco libra-por-libra del mundo, De La Hoya, Mosley y Tito Trinidad, estaban en peso welter. Uno o dos años antes de eso, Pernell Whitaker e Ike Quartey también integraban un grupo mágico. Desde abril del '97 hasta junio del 2000, estos luchadores de 147 libras produjeron cinco súper peleas, con Trinidad o De la Hoya protagonizando todas.
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Shane Mosley, derecha, estaba en el renacimiento de los welters en el 2000
"En lo que hace al talento puro, estos boxeadores quizá tuvieran tanto como el grupo Leonard-Hearns-Duran", dijo el promotor Lou DiBella, quien organizaba peleas para HBO en aquel momento. "La mejor división de Oscar fue 147. Quartey era una bestia. Incluso en la cola, Whitaker logró darle muchos dolores de cabeza a Oscar. Mosley estuvo brillante. Y el Trinidad pre-Hopkins tenía todo -- potencia, pasión, emoción.
"La diferencia entre estos welters y el grupo de Leonard es que no crearon rivalidades históricas. No obstante, ha sido el mejor grupo desde aquél".
Es insensato, claro, ranquear históricamente la división welter de hoy en día antes de ver las peleas y los peleadores. Pero si este grupo pretende alcanzar el calibre de Leonard-Hearns-Duran-Benítez y De la Hoya-Trinidad-Whitaker-Mosley, ciertas cosas tendrán que suceder.
Mayweather tendrá que regresar del retiro para enfrentarse a Pacquiao en peso welter.
Williams, quien por su facilidad para ganar y perder libras debe ser la envidia de sus pares, debería disputar uno o dos combates de envergadura en 147.
Berto tendría que consolidar su presencia entre los libra-por-libra derrotando a Mosley, Cotto o alguna de las estrellas establecidas de la división.
Mosley tendría que aguantar un tiempito más.
Hasta que todo o algo de esto suceda, disfrutemos de esta clase welter por lo que es, pero no la alabemos por algo en lo que aún no se ha convertido.
Steve Farhood es analista de boxeo para Showtime y escritor/columnista de "Boxing Monthly."