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El futuro en sus manos

Quizás el tiro agónico que anotó Juan Manuel Fernández ante Penn State, que le dio el triunfo a Temple el pasado 17 de marzo en el básquetbol universitario estadounidense, funcionó como un disparador para volver a citarlo como el eje de las promesas del básquetbol sudamericano.

No era para menos: gracias a él, la locura de marzo inundó todos los canales de televisión con ese lanzamiento poco ortodoxo, que significó su alto de carrera de 23 puntos (8-14 en tiros de campo), ayudó a saturar de usuarios el enlace de la jugada publicado en YouTube y también, por qué no, sirvió para devolverle brillo a su cuenta de Twitter.

El Lobito, apodo heredado de su padre, Gustavo Fernández -un notable jugador argentino que participó de 16 temporadas en LNB logrando cinco títulos de campeonato local-, ha dado un salto notable de rendimiento en esta Liga 2010-11 de la NCAA, al figurar tercero en su equipo en puntos convertidos (11.2) y primero en asistencias (3.9) por aparición, con 30 partidos disputados.

"Mi rapidez nunca fue un fuerte en mi juego, es algo que siempre tuve que trabajar. Me gusta más ser un base que piensa, que puede detectar donde está la ventaja, si abajo del aro o afuera. En definitiva, tratar de escuchar lo que el técnico quiere y llevarlo adelante dentro de la cancha. Luego cuando uno juega las situaciones hacen que el juego varíe, pero nunca me caractericé por ser un base explosivo, anotador", había dicho Fernández, quien destaca por su altura (1.93m), antes de ingresar en el básquetbol universitario, allá por 2008.

Sin embargo, su juego ha evolucionado para bien. Su primer tiempo fue difícil en materia de adaptación, pero forjó el carácter para superar las dificultades lógicas de un chico que crece lejos de su familia y amigos. Quizás la llamada de Fabricio Oberto y Manu Ginóbili, ni bien llegó a Temple, sirvió para entender cuál era el camino a seguir y cuánto creían los más grandes en su desarrollo. Y más allá de continuar desplegando pases lacerantes producto de aquella visión de juego notable que despertó a los cazatalentos en el Panamericano U18 de Formosa 2008, que incluyó un recordado triunfo ante el poderoso seleccionado estadounidense, Fernández ha agregado poderío ofensivo a sus minutos en cancha.

"Odio perder, y odio saber que mi temporada se terminó. Uno odia todo aquello que no sabe si volverá a repetir... no se puede volver y jugar el partido de nuevo. Sólo debemos aprender de esto, eso es todo", dijo Fernández tras la derrota ante San Diego State.

De eso se trata el básquetbol universitario, de aprender constantemente y de construirse como jugador. La competencia es durísima, plagada de talentos de primera línea pero con una diferencia radical con el básquetbol europeo: aquí los jóvenes tienen minutos y exposición para desarrollar su talento con entrenadores tan capacitados como los de los mejores lugares del mundo.

EN LA LISTA DE LOS PANAMERICANOS DE GUADALAJARA
El director técnico del seleccionado argentino masculino de básquetbol, Julio Lamas, citó a Juan Manuel Fernández en la lista de 24 jugadores que le entregó al Comité Olímpico Argentino (COA) para los Juegos Panamericanos de Guadalajara, en México, que se realizarán del 26 al 30 de octubre de 2011.

Enrique Tolcachier, quien lo dirigió en el Panamericano U18 de Formosa, fue designado como conductor de grupo.

"El entrenador (Enrique Tolcachier) me pide que maneje los tiempos y sea la voz dentro de la cancha, para eso está siempre el base. Creo que la relación técnico-base debería ser siempre así: asumir responsabilidad y tratar de hacer valer lo que pide el técnico en el rectángulo de juego", había dicho Fernández sobre 'Tolca' tiempo atrás.

Además de Fernández, los armadores Nicolás Laprovittola y Facundo Campazzo integrarán la preselección albiceleste.

Pero su historia con el seleccionado no termina ahí, porque su nombre figura como una posibilidad concreta para el Preolímpico de Mar del Plata 2011. La elección estará a cargo de Lamas, quien deberá decidir si llevar dos bases experimentados o a Fernández como promesa de desarrollo.

Uno de los elegidos es Pablo Prigioni, armador de Real Madrid, y el otro con grandes chances es el célebre armador Pepe Sánchez, base campeón olímpico con Argentina en 2004 -hoy defendiendo un proyecto en su ciudad con Weber Bahía Estudiantes-, quien se retiró del seleccionado pero podría volver a ser tentado por el entrenador en jefe albiceleste.

Precisamente Sánchez es el máximo ídolo del 'Lobito' en el básquetbol y el consejero número uno, vía llamadas telefónicas y e-mails, para su llegada a Temple, la misma universidad en la que Pepe brilló en sus años de formación. Tan es así que Fernández utiliza el mismo número (4) que había dejado su ídolo años atrás.

"Pepe fue una de las principales razones por las que yo vine aquí", afirmó Fernández. "Primero, ahí arriba, está mi viejo -Gustavo Fernández, con quien jugó en una dupla padre-hijo con 9 de Julio de Córdoba en la Liga B- y después Pepe, de quien fui siempre admirador y todavía lo sigo viendo".

LO QUE DECÍA JUAN MANUEL FERNÁNDEZ EN SU LLEGADA A TEMPLE

En una nota mano a mano para ESPNdeportes.com, realizada el 8 de junio de 2009 en el Cenard, donde el seleccionado argentino se preparaba para el Mundial U19 de Nueva Zelanda, esto decía el joven armador de Temple:

  • "La NCAA es una opción que no se tiene en cuenta mucho para los jugadores argentinos. Han sido pocos los que han estado en una competencia de este tipo. Acá se habla poco del básquetbol universitario. Los jugadores piensan más en Europa o en la Liga Nacional y no tanto en la NCAA, no se si es por falta de conocimiento o por una decisión en sí misma", dijo Fernández.

  • "Estuve menos de un año y me encantó. Creo que si a muchos chicos del básquetbol argentino se les presentara la chance, también lo querrían hacer", agregó.

  • "Cuando llegué a Temple me estaba esperando uno de los asistentes técnicos del equipo, que me había visto jugar acá en Argentina. Yo ya conocía el lugar, había ido a visitar dos meses antes para conocer a todos los chicos. Pero mi llegada fue primero a Nueva York, luego un vuelo de dos horas a Philadelphia y allí me pusieron un poco al tanto de lo que era este mundo nuevo. Cuando llegué no tuve clases, porque era un receso. Así que sólo me dediqué a entrenar. ¿Qué estudio? Todavía tengo que elegir, en el primer año es un estudio a nivel general y luego uno selecciona el camino que más le interese".

  • "Me costó caer que estaba acá en la Universidad. Fue sorpresa tras sorpresa, no estaba acostumbrado a jugar con tanta gente en las tribunas, en una cancha tan grande. Es increíble lo que se mueve allá por TV. Lo que más me gustó fue cuando jugamos el torneo en Miami y pude entrar al estadio de NBA. Fue un momento único".

    SU FUTURO ESTÁ POR ESCRIBIRSE
    Juan Manuel tendrá un año más en la Universidad de Temple y a partir de allí se empezará a forjar su futuro de manera más precisa: será cuestión de tomar una chance en el Draft o apostar al básquetbol europeo.

    "Mis planes a futuro cercano son tratar de terminar la universidad. Uno nunca sabe como pueden resultar los eventos, pero mi idea es tratar de recibirme. Me gustaría tener una chance en donde jugar básquet profesionalmente. Ojalá que pueda hacer esto, que es lo que siempre quise", confiesa el joven armador argentino.

    La NBA no está fácil, hoy en día, para un base armador novato. Ya vimos lo que le ha costado, por ejemplo, a Ricky Rubio encontrar un lugar adecuado y también al venezolano Greivis Vásquez desarrollar su potencial en la primera temporada. Esta es, quizás, la década de los bases en el básquetbol profesional, ya que existen cerebros estelares veteranos y estrellas en desarrollo que superan la media en talento: Steve Nash, Jason Kidd, Derrick Rose, Deron Williams, Chris Paul, Rajon Rondo, John Wall, Tony Parker, Jameer Nelson, Chauncey Billups, Raymond Felton, son sólo una serie de apellidos estelares en el universo de la NBA.

    Fernández sabe que será difícil, pero no imposible. El estudiante de tercer año de periodismo creció trazándose metas, y no se ha equivocado. Hoy, el 'Justin Bieber' del básquetbol, como lo conocen en su Universidad, aparece como presente y futuro del seleccionado argentino, cuna de bases armadores de elite.

    ¿Hasta dónde podrá llegar? Dejemos que siga desarrollándose. Su crecimiento es progresivo, justo lo que hace del terreno universitario la plataforma más fértil y adecuada para seguir evolucionando.

    SABÍAS QUÉ...
    Gustavo Fernández, hermano de Juan (17 años), es uno de los mejores tenistas en silla de ruedas del mundo.

    Sufrió un raro accidente -infarto medular- cuando era un bebé (un año) que lo paralizó de la cintura hacia abajo. Empezó a jugar al paddle a los seis años en una cancha de Olavarría.

    "El doctor nos dijo que su caso era uno en un millón", dijo Fernández, en una nota citada por la revista Básquet Plus el 17 de marzo.

    "Ellos (mi familia) siempre quisieron que yo sea feliz, entonces vieron que el tenis era lo que más feliz me hacía, y siguieron a fondo conmigo", explica el tenista, quien en 2009 comenzó en el puesto 230 de mayores y ascendió hasta el 30 (al 14 de febrero de 2010), siendo número uno de los juniors.

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