El Campeonato FIBA Américas de Baloncesto, en el que se otorgarán cuatro plazas clasificatorias para el Mundial de Turquía 2010, se estará llevando a cabo en el Coliseo Roberto Clemente de San Juan, Puerto Rico, entre los días 26 de agosto al 6 de septiembre próximos.
En el torneo participan 10 selecciones de todo el hemisferio, divididas en dos grupos de 5, las cuales estarán luchando por los cuatro cupos disponibles para acompañar a los Estados Unidos como los 5 delegados de América en Turquía. Por ser campeones olímpicos, los representantes de la tierra del "tío Sam" no sólo ganaron su clasificación directa al Mundial del año próximo, sino que también fueron eximidos por la FIBA de participar en este premundial.
Dependiendo del punto de vista, la ausencia de los estadounidenses puede restarle o añadirle interés al campeonato. Hay aficionados a los que todavía les hace ilusión observar la participación de los equipos de Estados Unidos compuestos por las estrellas de la NBA y esos, sin duda, no tendrán el mismo interés por seguir las incidencias de este torneo.
Por otro lado, la ausencia del equipo que saldría como amplio favorito para cargar una vez más con los máximos honores de la competición hace que más selecciones nacionales puedan soñar con subirse a lo más a alto del podio; por lo que el interés de los aficionados en países como Argentina, Brasil, República Dominicana, México y el propio Puerto Rico (por mencionar a los que en el papel lucen como los equipos más talentosos), debe aumentar proporcionalmente a sus posibilidades de ser campeones. No debemos olvidar de que Estados Unidos ha ganado de forma invicta (y arrollando a la oposición en el proceso) los cuatro campeonatos FIBA Américas a los que ha asistido con jugadores de la NBA.
La mención anterior de cinco equipos como los más talentosos del torneo de ninguna manera significa que estemos dando por sentado que de estos tendrán que salir forzosamente los cuatro clasificados. Temas como la cohesión de grupo, la salud física, el momento psicológico por el que estén pasando los participantes, el poder manejar el cansancio físico y mental que representará jugar un máximo de 10 juegos en 12 días (8 en 10 para conseguir los cuatro semifinalistas) y otras intangibles más pueden influir grandemente en los resultados finales.
Además, hay que tener en cuenta la capacidad atlética y la experiencia profesional de los jugadores que componen los equipos de Canadá, Venezuela, Islas Vírgenes y Panamá, así como la gran capacidad técnico-táctica y ese fervor por defender la camiseta que siempre demuestran las representaciones de Uruguay y que es conocido en todo el continente americano y en el mundo como la "garra charrúa". Por primera vez desde que se efectúan estos campeonatos continentales se puede decir con propiedad que los 10 participantes son aspirantes legítimos a ocupar los cuatro puestos de privilegio.
Dando un vistazo a los dos grupos en los que se divide el torneo en su primera fase, se puede argumentar que el A (compuesto por las selecciones de Canadá, Islas Vírgenes, México, Puerto Rico y Uruguay) es el más débil y que en el B (en el que participan Argentina, Brasil, Panamá, República Dominicana y Venezuela) es predecible una mayor lucha por las mejores posiciones.
Sin embargo, el formato del torneo hace que la percibida diferencia entre los grupos tenga una importancia relativa. Esto es así porque, al cabo de la primera ronda, sólo un equipo de cada grupo queda eliminado de la competencia y los equipos clasificados a la segunda vuelta deberán enfrentar en esta a los quintetos contra los que no jugaron en su grupo. El hecho de que los puntos logrados en la primera fase sean arrastrados a la segunda convierte el torneo en casi un todos contra todos (el único equipo al que no enfrentan los componentes de un grupo es al que haya quedado último en el grupo contrario) y termina siendo el sistema más justo de todas las competiciones zonales que presenta la FIBA.
La semana próxima estaremos examinando más a fondo a cada uno de los equipos participantes. Por ahora, a seguir a la selección de su preferencia en los partidos de fogueo restantes para culminar la preparación y a seguir esperando el torneo de básquet más importante de este lado del mundo.