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PARIS -- Por un día, Estados Unidos e Irán dejaron de ser enemigos políticos y sociales y se convirtieron en sólo rivales deportivos. El encuentro disputado en Lyon por el grupo F de la Copa del Mundo era uno de los menos atractivos desde lo futbolístico, sin embargo quedó en la historia de los Mundiales por todo lo que significó en las dos naciones implicadas. Irán venció 2-1 con goles de Estili de cabeza y de Mahdavikia, la gran figura del encuentro. Así, el Seleccionado asiático obtuvo su primer triunfo mundialista y de paso eliminó al conjunto estadounidense. El partido se disputó en el marco del "Día del Fair Play" y eso se sintió desde que salieron los planteles al campo de juego. Los iraníes le entregaron flores a sus adversarios y estos intercambiaron sus camisetas con ellos al final. Fue un verdadero ejemplo de convivencia. El resultado produjo una verdadera fiesta popular en Teherán, ciudad poco acostumbrada a este tipo de celebraciones. Miles de personas salieron a las calles y expresaron su alegría a través de carteles, bailes y ensordecedores bocinazos. Ni siquiera las normas del Islam, que prohíbien los bailes callejeros, lograron que el pueblo expresara su felicidad. Según informó el diario La Nación, el lugar donde más se centraron los festejos fue en la zona residencial, en el norte de esta capital, muy cerca de la plaza Vanak. Mientras la ciudad vibraba de alegría, el líder religioso, el ayatollah Alí Khamenei, expresó: "El opresor ha sentido el gusto amargo de la derrota". En cambio, el partido pasó casi desapercibido en Estados Unidos. Ni siquiera las palabras del presidente, Bill Clinto, entusiasmaron a la gente: "Espero que este partido pueda ser otro paso hacia el fin de la distancia entre nuestras naciones".
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