EFE 16y

Lo disfruta como un niño

BEIJING -- Compartió las alturas del circuito junior con raquetas ahora reputadas como el británico Andy Murray, el chipriota Marcos Baghdatis o el francés Gael Monfils, tenistas que el salvadoreño Rafael Arévalo perdió de vista a orillas del salto a ser profesional, donde aparcó aquellas sensaciones de grandeza que ha vuelto a recuperar en el Centro Olímpico de tenis de Beijing.

Hacía tiempo que Rafael Arévalo no se sentía tan feliz. Ni tan tenista. A sus 22 años había empezado a nublar sus expectativas este jugador de Sansonate, situado más allá del puesto 450° del ránking ATP y que ha rentabilizado la invitación que le proporcionó la organización para disputar los Juegos. El premio al triunfo: un partido, en la pista central, contra Roger Federer, su ídolo.

"Siempre fue uno de mis sueños estar en uno de estos torneos. Tuve mi ocasión gracias a las gestiones de mi Comité Olímpico y la ITF. Aún estoy muy emocionado. Es un triunfo muy importante ganar a uno de los jugadores entre los cien primeros del mundo", explicó, aún incrédulo Arévalo.

El centroamericano superó al coreano Hyung-Taik Lee por 4-6, 6-3 y 6-4, un veterano que llegó a coquetear con la parte noble de la clasificación mundial -fue el 36° el pasado año- y que resguarda el título de Sydney que ganó en el 2003.

Al primer salvadoreño en disputar un torneo olímpico de tenis se le ilumina el futuro. Un punto de luz en la travesía que inició hace tres años. Entrenó en España para especializarse y pulir el revés. El golpe que menos ha progresado desde que empezó a jugar, a los ocho años.

"Es un premio añadido jugar con Federer. Aún es el número uno del mundo. Ha hecho historia. Fue mi ídolo de siempre. Voy a dar todo lo que esté en mi mano. No me voy a rendir antes de entrar en la cancha. No creo que me menosprecie. Es un profesional y ha jugado partidos parecidos al que se va a encontrar conmigo", aseguró Arévalo, que se gana la vida transitando a lo largo de la temporada por torneos futures, de tercera categoría.

Las eliminatorias de la Copa Davis, en las que representa a su país, dan la vida a Arévalo, deseoso de despegar y consolidar el progreso que evidenció el pasado año.

"Me he venido preparando muy bien. He estado entre los diez primeros como júnior. Ahora tengo el objetivo de estar entre los cien primeros del mundo. Pero en el 2006 tuve muchas lesiones. Me recuperé un año después. Y progreso", explicó el salvadoreño.

Metido en plena competición la prudencia le impide apostar por un favorito. "Es difícil hacer pronósticos. El mayor ejemplo es el mío. Lee era el candidato a la victoria y gané yo. Nadal tuvo un partido parejo aunque al final ganó. Todo puede ocurrir", apuntó el jugador centroamericano con mejor ránking ATP y uno de los mejores tenistas que El Salvador ha dado en su historia.

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