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Me tomo unos días

LONDRES -- "¿Vacaciones? ¿Qué es eso?". Benito Pérez Barbadillo, jefe de prensa de Rafael Nadal, sonríe ante la pregunta y la repregunta que formula él. "Ya las tuvo; unos días antes de la pretemporada", precisa.

Sí, Rafa jugó el Masters en plena pretemporada para el 2012. No pudo pasar a las semifinales. Luego viene la final de la Copa Davis en Sevilla y otras dos semanas antes de viajar a los torneos y exhibiciones en Medio Oriente y Oceanía. Podemos seguir: más tarde la primera ronda de la Davis (si la juega), preparación para Indian Wells y Key Biscayne, y podríamos hacer un párrafo bien largo hasta su primer descanso extenso.

Nadal no es el único: los jugadores top llegan exhaustos al fin de la temporada y por eso deben hacer cambios improvisados. En Londres, la mayoría de ellos mencionó la palabra "cansancio" sin que los periodistas preguntáramos (uno de ellos fue David Ferrer, pero le puso empeño para vencer a Andy Murray y a Novak Djokovic). "Cuando termine el Masters, no voy a ver nada de tenis, ni pensar en tenis. La cabeza tiene que descansar, es lo mismo que cualquier persona que trabaja: no quiere pensar en su oficio durante las vacaciones", dijo el checo Tomas Berdych.

Los compromisos múltiples obligan a las estrellas a alterar el ritmo normal y poner el freno durante la competencia. Finales de noviembre y principios de diciembre, aquella era la época en la que solían guardar la raqueta en el armario, pero ahora las vacaciones también se trasladan a otros meses, como julio o septiembre.

Roger Federer, por ejemplo, decidió evitar la gira asiática para recuperarse físicamente tras la serie de torneos del US Open. "El año es siempre largo, duro y exigente. En su momento, se jugaban más singles y dobles. Ahora se tornó más físico y jugamos mayormente individuales. La próxima temporada será más corta en dos semanas, creo que es lo máximo que se puede apretar porque de otra manera perderíamos torneos o tendríamos semanas con cuatro al mismo tiempo, lo cual no es una idea inteligente", dijo el suizo. En el parate de seis semanas, descansó con su familia y se preparó para el final de año. Mal no le fue: ganó Basilea, París y es el candidato a repetir en el Masters.

El año pasado, recuerda Federer, llegó a París y en lo único que pensaba el suizo era en las vacaciones. Esta vez, ya desde el primer precalentamiento antes de su debut en Bercy, estaba con muchas ganas: "Era como un 'mi Dios, es increíble lo bien que me siento'", contó. Un periodista chino le preguntó en Londres si iba a repetir la fórmula de saltearse Asia, dado el éxito de la movida en 2011, y ahí Roger debió ser más político, afirmar que es lo que le salió hacer y que tiene muchas ganas de regresar a China y Japón.

El argentino Juan Martín del Potro tampoco viajó a Asia y finalmente se quedó a poco de clasificarse para el Masters de Londres. En su tiempo fuera del circuito, realizó una minipretemporada -físico y tenis- en polvo de ladrillo, pensando, con acentuada previsión, en la final de la Copa Davis contra España.

En otros casos, como los de Djokovic y Murray, las malas determinaciones contribuyen al cansancio o, peor aún, las lesiones. El escocés afirmó que no fue una buena decisión pedir una invitación a Basilea, inmediatamente después de ganar tres torneos en la gira asiática. Terminó lesionado en el Masters y no pudo jugar el segundo partido.

El serbio deslizó que "por ahí fue una mala decisión jugar la Copa Davis después del US Open, pero fue mía. Juego con el corazón a veces; otras veces es mejor pensar con la cabeza". El Nº 1 del mundo se ausentó del circuito por seis semanas (entre la Davis y París), pero en su caso, sin opción a otra cosa. Tanto él como Nadal y otros deberían revisar también el asunto exhibiciones, ya que también contribuyen a la erosión física. Por caso, Nadal hizo una inteligente movida al cancelar su partido con Ferrer en México, programado para diciembre.

Minutos después de la derrota ante Jo-Wilfried Tsonga, que lo eliminó del Masters, Rafa reconoció que "en las últimas semanas, tuve menos pasión por el juego, porque estaba más cansado". Por eso, tras una derrota dura como ante el alemán Florian Mayer en Shanghai, decidió no concurrir a París. Se tomó unos días, jugó al golf en Mallorca y comenzó a prepararse, no pensando en el Masters y la Davis, sino en 2012. Se concentró en mejorar el revés, por donde lo ataca Djokovic, y el servicio, a tal punto que recargó el trabajo sobre el hombro izquierdo y sintió dolores.

"Vacaciones no va a haber, y tampoco las necesito: necesito trabajar", afirmó esta vez Nadal. El trabajo en Mallorca post-Davis, afirma Rafa, también será mental: focalización en la pelota y mejorar la resistencia a las situaciones de stress. "Necesito recuperar ese extra de explosividad, ímpetu y el agobio que podía provocar al rival, un ritmo alto y constante que está faltando en el final de temporada. No sólo tengo que recuperarlo, sino que tengo que mejorarlo", afirmó el Nº 2 del mundo.

"Tomo decisiones pensando en lo global. Debo pensar en mi salud y qué es mejor para el tenis. Decidí parar en París porque a veces se llega a situaciones en las que estás más bloqueado que otras. Cuando te ocurre eso, necesitas parar. Tuve que aceptar que llegaba al Masters con menos preparación que otros años, pero estoy pensando en el 2012", reconoció.

Años atrás, Andy Roddick pidió por un mes de descanso a mitad de año, un quiebre en la temporada para poder encarar de mejor manera la segunda parte. Este año, ese quiebre se efectivizó para algunos: después de Wimbledon, antes del US Open, se pudo ver a Djokovic (en la Costa Azul) y Nadal (en Mallorca) disfrutando con sus novias en la playa, aprovechando el verano europeo, mientras colegas de menor ranking jugaban la segunda gira europea en polvo de ladrillo.

Las vacaciones son importantes, lo mejor es escuchar al cuerpo, cabeza incluida. "A veces es difícil decir que no: a un Masters 1000 como París, a la Copa Davis, a un torneo en mi ciudad como Valencia", problematizaba Ferrer, el top 5 con más partidos jugados en la temporada, junto con Djokovic (ambos 75, contando el Masters).

Federer, ejemplo de cómo manejar los calendarios (jamás tuvo lesiones graves), afirma: "Espero educar a otros jugadores jóvenes, para que se tomen su tiempo afuera del circuito a veces. Cuando empiezas en esto, tiras algo contra la pared para ver si queda pegado, y yo también lo hice". Puede observarse en el O2 Arena: tras el descanso de septiembre, cuerpo y mente responden de la mejor manera.