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Y... son los años

Mónaco venció a Roddick con una gran tarea Getty Images

MIAMI -- Juan Mónaco comenzó a jugar al tenis en el club Independiente de Tandil, donde abundaban -hoy también lo hacen- las canchas de polvo de ladrillo. De adolescente, pasó tres años en la academia de Sánchez-Casal, en Barcelona, antes de regresar a Buenos Aires. Por personalidad y aprendizaje, modeló un tenis sólido desde el fondo de la cancha, aguerrido, sin que ello redunde en defensivo. Sin embargo, a punto de festejar los 28 años enfrentando a Mardy Fish en los cuartos de final del Masters 1000 de Miami, cambian los resultados de la cosecha: sus mejores producciones llegan en canchas duras.

Es un proceso, como indica su entrenador Gustavo Marcaccio: "Creo en el conjunto de factores, no en una sola razón". El resultado del proceso se observa en las últimas dos o tres temporadas: semifinalista de Shanghai 2010, vencedor de Andy Murray en Valencia 2010 ("mi mejor victoria", define Mónaco), de David Ferrer para llegar a la final del mismo torneo en 2011, octavos de final del US Open y cuartos de París-Bercy tambíen el año pasado... ahora cuartos del Sony Ericsson Open...

Si contamos hasta hoy y añadimos los puntos logrados esta semana, el 64% de la bolsa de unidades que conforman el ranking de Mónaco se ha logrado en superficies rápidas. Sabido es que el polvo de ladrillo es minoría en el circuito (23 torneos de los 67 del año, sin contar el Masters, contra 37 en cancha dura, indoor y al aire libre, y siete en césped, incluyendo los Juegos Olímpicos), pero cuántos tenistas nacidos en canchas lentas hicieron base en su especialidad y jamás progresaron en otros ámbitos.

Mónaco habla de maduración y dudas que quedan en el pasado. "Se te dan resultados y le vas perdiendo el miedo. Siempre tuve mejores actuaciones en polvo de ladrillo -tres títulos en 2007, Viña del Mar este año- pero ya hace un tiempo me estoy soltando en canchas duras. Jugué indoor muy bien a finales del año pasado y eso me da cierta confianza. Mejoré el saque, trato de ser agresivo, perder el miedo de ir a la red a pesar de que a veces pierdo pelotas... La iniciativa está y a la larga va mejorando".

Su entrenador, también amigo, vivió de cerca los distintos ciclos de Mónaco y asegura que "todos le han tratado de inculcar lo mismo, porque es un chico que tiene mucha facilidad para abrir la cancha, virtud que no tienen todos". Abrir la cancha genera el vacío y eso se intenta aprovechar, subir detrás de ese tiro. "Todos intentaron explotarle eso y con el correr de los años, como dice él, le vas perdiendo el miedo, lo intentás. Es prueba-error, y también cierto que en la cancha rápida da más resultado aún, porque es más difícil llegar y defender", explica Marcaccio.

"En estos últimos años, Juan ha mejorado el saque y a la vez te hace jugar todas las devoluciones. Contra Roddick, casi todas las bolas que tuvo en la mano las puso adentro", comenta el coach. Mónaco agrega que "los años en el circuito me hacen tomar decisiones con mayor tranquilidad, leer el partido de otra manera, no desesperarme tanto. Los pensamientos son muy rápidos en cancha dura, pero me gusta tomarme el tiempo de polvo de ladrillo para pensar, y a la vez ser más agresivo. Entiendo mejor el juego y me siento mejor en la cancha", afirma el tandilense, quien regresará al top 20 y anticipa un planteo repetido para enfrentar a Fish: jugar puntos largos, desgastarlo para que en sus games de servicio, el estadounidense sienta la exigencia. Eso funcionó ante un extenuado Roddick.

Marcaccio, quien comenzó a trabajar con Mónaco a finales del año último, pide recordar los ciclos anteriores: "Como pasa en todos los deportes, a veces uno se confunde; el equipo deja un entrenador, agarra otro y gana partidos, y todo lo que hizo el anterior parece olvidarse. En el caso de Juan, es un pibe inteligente, va enriqueciéndose en el camino con todos los entrenadores y es el resultado de lo que ellos le fueron inculcando, lo que fueron trabajando. Él también tiene la capacidad, la categoría y la frialdad de salir ejecutarlo en una cancha central ante 12.000 personas, ése es un tema diferente".

Sin ir más lejos, su anterior entrenador, el español Pepo Clavet, le comentaba a ESPNDeportes durante el último US Open que trabajaba en Mónaco "la actitud ofensiva, su posición en la pista. Él se defiende muy bien, le falta un poquito saber jugar cuando ha forzado, tiene que ir por la bola y rematar el punto". Con Clavet, el argentino consiguió los resultados de finales de 2011.

Marcaccio concede que "puede ser que le haya costado al principio, cuando volvió de Barcelona, pero Lobito (Luis Lobo) lo tomó a los 19 años y ya se lo empezó a inculcar a esa edad". A la vez, hay una premisa y es la de no alterar el ADN.

"En definitiva, hay que hacer hincapié en su esencia, luchadora, de fortaleza mental y fisica -genética y el trabajo con el preparador Ignacio Menchón-. No debe salirse de la vaina, dejarse llevar por la ansiedad para definir un punto en dos o tres bolas. Cuando la pelota más pasa por encima de la red, más chance tiene de ganar el punto", afirma Marcaccio. Eso no implica que no aprenda a cerrar mejor las jugadas.

La experiencia, la maduración, el proceso de aprendizaje con los distintos entrenadores son algunos de los factores, también un proceso de lentificación de las superficies rápidas. "Influye que no haya casi lugares en que la pelota pique como una bala, es otro de los motivos que tienen que ver con los buenos resultados de Juan y otros argentinos".

Marcaccio suele hacer anotaciones en una libretita o cuaderno. "Me ayuda a analizar el partido más que nada para el después, cuando más sirve. Hay cosas que me gusta saber, detalles que pueden hacer la diferencia. Además, tengo mala memoria. El teléfono móvil, las computadoras o tabletas me distraen, no me animo por la batería, por si se traba, prefiero la del almacenero", bromea el entrenador durante la conversación en la sala de jugadores, a metros de donde Martín Palermo espera por su amigo Juan Martín del Potro.

En la libreta y la memoria, Marcaccio conoce que la mayoría de los puntos de Mónaco fueron logrados en rápidas. "Su ranking esta compuesto en gran parte en cemento, está bueno no encasillarse en la especialidad del polvo". A la vez, una curiosidad: la gira europea que finaliza en Roland Garros permanece en la columna del debe para Pico.

Su mejor resultado en un Masters 1000 durante ese lapso, los cuartos en Roma 2009, y en el Grand Slam francés ganó un partido en las últimas tres ediciones. El asunto aquí también es que el sorteo no le dio una mano: enfrentó a Robin Soderling en primera de 2008, a Jo-Wilfried Tsonga en segunda de 2009 y a Fernando Verdasco en primera de 2011. En 2010, sí fue sorpresiva su caída frente al esloveno Grega Zemlja.

"Como es la superficie mater nuestra, tenés más expectativa", reconoce Marcaccio. Con un mejor ranking –quedará cerca del 18 aunque pierda su próximo partido, Mónaco tiene toda la gira para subir un par de puestos y contar con un mejor cuadro en París. "El objetivo es que termine Roland Garros entre los 20 y el año entre los 15. Siempre que llega Roland Garros esperás que sea 'el' año, pero no hay que ponerse presión", recomienda el entrenador.

Como alternativa, Mónaco decidió encarar la gira europea de manera diferente: esta vez no participará en la Copa del Mundo de Düsseldorf y llegará antes a París. "Definitivamente, Juan no ha tenido Roland Garros acorde a su nivel de los últimos años. Prepararlo de una manera diferente me parece una buena idea", dice Marcaccio.

Por lo pronto, hay un partido mañana en Miami, ante Fish, en un día especial. "Sería un buen regalo de cumpleaños", piensa Mónaco. "Siempre es lindo hacerse regalos".