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Serena Williams, campeona de Australia

Serena se recuperó de la lesión en su rodilla Getty Images

MELBOURNE -- La estadounidense Serena Williams venció a belga Justine Henin y se consagró campeona del Abierto de Australia por quinta vez, y por segunda ocasión consecutiva.

La número uno del mundo, máxima favorita y defensora del título se impuso en un duelo muy atractivo por 6-4, 3-6 y 6-2, tras 2 horas y 7 minutos.

Así, la multicampeona de Melbourne sumó una conquista a sus títulos de 2003, 2005, 2007 y 2009. Continúa invicta en cinco finales en este torneo. Con esa marca, es la máxima ganadora de títulos en el torneo en la Era Abierta. Además, es nada menos que su 12º título en un Grand Slam.

De esta manera, la norteamericana igualó a 7-7 el historial ante Henin, y quedó 3-4 abajo en Grand Slams. Esta era la primera vez que se enfrentaban en una final de cualquier torneo.

Igualmente su rival, Henin, que recibió una invitación especial para participar del torneo, concretó con su acceso a la final un glorioso regreso al circuito profesional, del que se retiró durante casi 20 meses antes de regresar a principios de temporada.

En el arranque del partido Justine salió muy agresiva con la devolución. De hecho, logró poner contra las cuerdas a Williams, que sufrió cinco oportunidades de quiebre en contra en sus primeros tres juegos de servicio. Sin embargo, fue justamente el buen rendimiento con el saque el que salvó a Serena de varias situaciones complicadas en ese tramo del encuentro. En aquel parcial, contó con 5 aces e incomodó siempre con saques potentes y bien colocadas, muchas veces jugados con slice por el lado del revés.

De hecho, fue ella quien pegó primero para quebrar en su primera chance de break del set y llevar el marcador hasta 4-1 a su favor.

Sin embargo, ese resultado era mentiroso y no reflejaba bien la paridad del encuentro. Incluso, cuando estaban 3-1, la belga fue perjudicada por un fallo erróneo cuando estaba break point a favor. Henin finalmente consiguió recuperar el quiebre y dejó las cosas 4-4.

El pulso siguió un poco más firme por el lado de la norteamericana, que tuvo su único juego de saque sin chances de break en contra para quedar 5-4, y aprovechó dos dobles faltas de Henin en un único game para volver a romperle el servicio y cerrar el set a su favor.

El segundo parcial encontró a Serena más agresiva todavía, y a Henin igual de activa. Esta vez la que salvó un doble break point en el arranque fue la belga, que inmediatamente se quedó con un premio temprano al quebrar ella misma y quedar por primera vez con ventaja en la pizarra: 2-1.

Pero la menor de las hermanas Williams no dio respiro ni tregua: enseguida atacó con profunidad con el revés para lograr un par de tiros no forzados que le devolvieron el quiebre y la paridad en el marcador.

Cuando parecía que la campeona defensora le encontraba el rumbo al partido, Henin sorprendió con actitud, velocidad y persistencia para generar otro quiebre, en el famoso séptimo game.

Desde allí, fue un concierto de Henin, que entró en ritmo y por un rato hizo lo que quiso con la ganadora de once Grand Slams: jugó tiros de todos los colores, encontró variedad de alturas y ángulos, mostró todo el repertorio de tiros ganadores... Justine pareció la de sus mejores épocas y no dio opción. Se quedó con la segunda manga para llevar todo a un set final.

En el comienzo de ese parcial definitorio, la belga tuvo doble break point, pero Serena se defendió con su arma más valiosa: el servicio. Logró dos aces y un saque ganador para llevar adelante ese juego y quebró inmediatamente para pasar ella a comandar las acciones.

Esa reacción fue el catalizador para un desenlace a favaor de la norteamericana. Es que Williams logró quebrar el servicio de su rival en las siguientes tres ocasiones. Y aunque una vez perdió su propio servicio, jugó concentrada y determinada para cerrar el marcador a su favor.

El punto final fue un tiro ganador: un revés cruzado, su 46º del encuentro, para gritar en ese piso que ella siente como su casa.

La estadounidense se convirtió en la primera jugadora en defender con éxito su título desde que su compatriota Jennifer Capriati ganó por segunda vez en 2002. Acumula ya 36 títulos en su carrera.

Con este logro, Serena sumó su segundo festejo en la semana, ya que había sido campeona del torneo de dobles junto con su hermana Venus.

Serena se va de Melbourne con un gran botín, pues el título individual le reportó un cheque por 2,1 millones de dólares australianos (1,33 millones de euros), al que hay que sumar el de dobles, título que ganó también por segundo año con su hermana Venus, y que significó 450.000 dólares australianos (286.775 euros).

La australiana Margaret Court, la más prolífica ganadora en Australia, con 11 títulos y también la mujer-récord del Grand Slam con 24, entregó a Serena la Copa Daphne Akhurst. "Gracias, Dios", dijo la ganadora, que luego fue nombrando uno a uno a los miembros de su equipo, y que envió un mensaje a su padre Richard ausente del encuentro. "Sé que me habrás enviado un correo, gracias, te quiero mucho", dijo.

"Ha sido muy emotiva para mí", señaló Justine, ganadora en 2004 y que se retiró por problemas estomacales en la del 2006 frente a la francesa Amelie Mauresmo. "Creo que nunca me había pasado. Este es el sitio más especial para mi y prometo volver el próximo año. Felicidades Serena, eres una real campeona", dijo Henin, que no pudo igualar el fenomenal regreso de su compatriota Kim Clijsters, ganadora del Abierto de EE.UU. el pasado año, en su vuelta a las pistas.