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El sueño del campeón

Lavalle transmite sus conocimientos en San Antonio Academia Roddick-Lavalle

BUENOS AIRES -- Su sueño no claudica. A los 42 años, casado y con tres hijos, Leonardo Lavalle sigue dedicado a la enseñanza del tenis, el deporte que lo hizo famoso en su querido México, aunque ahora se desempeña en San Antonio. Allí, en Estados Unidos, aquel zurdo alto que se destacó mucho en la prueba de dobles está coordinando desde hace siete meses una academia con John Roddick, uno de los hermanos mayores de Andy, y no deja de ilusionarse con poder formar a un gran jugador mexicano.

Lavalle, quien ya lleva una década como profesor del deporte blanco, es instructor profesional de la USPTA y desarrolló a cinco campeones a nivel junior. Además, trabajó como comentarista para la TV Azteca y para ESPN, donde cubrió algunos torneos, incluyendo los Juegos Olímpicos de Sydney y los de Beijing y cuatro Grand Slam. Y también lo hizo en los últimos años en el certamen de Acapulco, el Abierto de su país.

Precisamente, a la espera de otra edición del torneo mexicano, Lavalle dialogó con ESPNdeportes.com y se mostró contento por la etapa que atraviesa en su vida. "Con John Roddick manejamos una pequeña academia, con siete canchas, en San Antonio. El nivel tenístico de Texas es muy bueno. Una vez por mes, los mejores jugadores se reúnen para disputar un torneo y eso les da gran competencia", cuenta.

"Allí practican niños que, además, estudian y viven ahí. Hay de distintos lugares, de Estados Unidos, Alemania, Inglaterra, Rusia, México y República Dominicana, aunque todavía ninguno de Sudamérica. Es de muy alto rendimiento y la dirige Myron Grunberg, ex coach mío en el circuito profesional. Con tantos entrenadores de primer nivel, el objetivo es tener un campeón del mundo de acá a seis o siete años", afirma.

Para las nuevas generaciones, el nombre de Lavalle es reconocido en su país por la huella que dejó en más de 10 años de profesional, ya que jugó en el circuito de la ATP entre 1985 y 1998. Ganador de un título en singles (Tel Aviv, en 1991), se adjudicó cinco en dobles y se sigue recordando la final que jugó -y perdió- en Wimbledon en 1991, junto con su amigo Javier Frana. Justamente, en compañía del argentino logró su última corona en esa especialidad, en el Abierto Mexicano de 1995.

Antes, Leo Lavalle sobresalió como juvenil, siendo N° 2 del mundo en 1985, el año en el que ganó la corona individual de Wimbledon. Entre los mayores, representó a México en la Copa Davis durante 13 años y alcanzó el 51° puesto en el ránking de singles y el 23° en dobles. Además, se dio el gran gusto de vencer a nombres de los kilates de Stefan Edberg, Jim Courier, Brad Gilbert, Pat Cash, Henri Leconte, Michael Stich, Emilio Sánchez y Alberto Mancini.

Estos antecedentes demuestran todo lo que hizo Lavalle, uno de los mejores tenistas que dio México. Y hoy, su país extraña a una figura de su calibre, ya que cuenta con un solo top-200, Santiago González, y el conjunto azteca lleva 13 años sin jugar en la elite de la Copa Davis, desde que tuvo en sus filas, precisamente, a Lavalle.

"Mi sueño sigue siendo poder sacar un gran tenista mexicano, que pueda estar entre los 100 mejores del mundo. Hoy el panorama es complicado. Cuando terminé mi carrera no se dieron las condiciones, entre directivos de clubes y la federación, y traté de hacer algo importante para el desarrollo. Ahora se me dio esta posibilidad en San Antonio", explica.

"Acá estoy muy cerca en horario de vuelo de México y por eso pretendo devolverle al tenis lo que me dio. Yo me fui muy joven, a los 12 años, a Estados Unidos, y durante mi carrera profesional no volví a vivir en mi país. En sus épocas, Rafael Osuna y Raúl Ramírez se criaron en Estados Unidos, al igual que Jorge Lozano. Todos los mexicanos nos criamos en este país vecino, así es nuestra historia", agrega.

"El problema en México es que tenemos altura y canchas duras y hay que saber adaptar las condiciones a lo que necesitan los niños. Desde muy pequeños, deben empezar a jugar a otro nivel, porque la realidad la encuentran cuando van a competir al exterior. Me duelen estas cosas como mexicano, lejos del nivel que en general tuvo Argentina, también Chile y de lo que hizo Ecuador. Tuvieron jugadores top-ten y algunos campeones y finalistas de Grand Slam", cuenta Lavalle, con una sana envidia.

Y enseguida hace referencia a Argentina, la máxima potencia latinoamericana. "Comparándonos con ellos, no tenemos ex tenistas involucrados, que enseñen y muestren sus conocimientos. Los mejores ex, como Luis Herrera y yo, no estamos en México y entonces no existe el tenis de alto rendimiento. Ese es un problema muy grave. Hace falta una buena formación y darles posibilidades. Además, está durísimo en el aspecto económico, porque necesitan mucho apoyo para viajar", afirma.

"El tenis sudamericano siempre tendrá una gran presencia a nivel internacional. Y ojalá que Argentina no pierda esa presencia. La clave es que ex jugadores los ayuden a hacer el camino que ellos recorrieron. Eso debe ser un orgullo para toda América Latina", agrega Lavalle, quien el año pasado entrenó al canadiense Frank Dancevic, al que no dirige más tras sufrir una lesión en la espalda.

Luego de su paso por el circuito grande de la ATP, Lavalle estuvo siete años participando en un programa para TV Azteca, siempre hablando de tenis, y escribió en el periódico Récord, también de su país. Y no deja de elogiar a la nueva figura del tenis latinoamericano: "Juan Martín del Potro tiene una gran personalidad y trae ya un camino recorrido. Son talentos trabajados desde niños y se adaptan muy bien al profesionalismo", comenta.

"El argentino tiene calidad para estar en la cima, pero será clave que mantenga el nivel físico, para volver a jugar como lo hizo en el US Open del año pasado. Así debería estar siempre, ya que hoy este deporte es muy físico y, de lo contrario, le costará mucho. El tenis lo tiene y ya lo demostró. Otra clave es estar muy bien mentalmente", asegura Lavalle, el mismo que volverá a estar ahora con su gente en Acapulco, disfrutando del Abierto de México.

En la charla, también se lo consultó por la figura estelar de Roger Federer. Y no duda en afirmar que "el suizo es claramente el mejor tenista de la historia, en todos los aspectos. Cuenta con una gran fortaleza mental y física. Tuvo lesiones muy leves y se sobrepuso, siguió con un nivel muy alto durante muchos años y eso es increíble. Cada vez mejora algo más. Es bárbaro cómo salió adelante hace un año de una mononucleosis y siguió al máximo contra grandes rivales".

A la hora de comparar épocas, el mexicano no titubea: "Hoy se necesita mucha mayor consistencia al más alto nivel de lo que fue hace 20 o 30 años. Por eso, Federer es un fuera de serie. Y tiene posibilidades de ganar aún más de los 16 títulos de Grand Slam que ya logró. Todo dependerá de cómo siga físicamente. En Wimbledon y el US Open siempre tendrá grandes chances", explica.

Además, surge en la charla la figura del español Rafael Nadal. Y Lavalle dice: "Su físico le está pasando factura, sufre muchísimo con lesiones de rodilla. Si vuelve a estar al ciento por ciento, será muy peligroso. Quiere volver a su mejor nivel, pero necesitará sentirse realmente entero". Así, uno de los ídolos del deporte mexicano vive un presente especial. Enseña, observa, sigue aprendiendo y soñando con formar a un gran jugador mexicano. Esa es su gran meta.