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Las familias Lange y Carranza festejaron el oro en la playa de Río

RIO DE JANEIRO (Enviado especial) -- Las familias Lange y Carranza estaban en la playa pública de la Marina Da Gloria. Había un lugar reservado por la organización de Río 2016, detrás de unas vallas, para ellos. Pero estaban en la playa pública. Algunos miraban la medal race del Nacra 17 con los pies en el mar. Otros, en la pantalla gigante que había sobre la arena. No se animaban a festejar. No estaba claro si el binomio argentino había ganado el oro.

Hasta que, en inglés, los relatores oficiales anunciaron la victoria. Y la emoción inundó el ambiente.

De cada abrazo salía alguien llorando, mientras otros ensayaban un "Argentina, Argentina!!!" con los ojos vidriosos. En medio de la vibración, Liliana, la mamá de Cecilia Carranza Saroli, le contaba a ESPN.com: "Río 2016 son los terceros Juegos para Ceci. Fueron años y años de esfuerzos y sacrificios, y conseguir esta medalla de oro es la concreción de todos sus sueños".

Emocionada, pero sin lágrimas en los ojos, y enfundada en una remera blanca con la leyenda "Ceci y Santi" estampada con letras celestes, la madre de la campeona olímpica señaló: "Para nosotros ellos dos ya eran dos campeones, campeones de la vida. Ahora serán campeones olímpicos, pero para todos nosotros ya lo eran antes de venir a los Juegos".

Aunque es imposible que los escuchen, porque todavía están en la embarcación, a unos 30 metros de la costa, el grupo se junta en el borde del mar y les grita cantitos de cancha (de fútbol). Hay varias banderas argentinas, pero se destaca una muy grande, que parece de esas que se izan en las escuelas a primera hora de la mañana.

Algo apartada para evitar los avatares de lo que ahora se convierte casi en un pogo de festejo está Ana, la mamá de Lange. Asegura que lo que experimenta "es más que orgullo" por su hijo. "Siento directamente que me estalla el corazón", confiesa.

"La de Santi es una historia increíble. Después de superar un cáncer estar acá compitiendo y ganar una medalla de oro. Es realmente de no creer. Desde enero, que se vino a vivir acá, viene entrenando en estas aguas, las convirtió en su casa. Tal es así que ahora habla perfecto portugués de tantos meses que se pasó acá", explicó, mientras ya enfilaba hacia el lugar donde se va a realizar la ceremonia de premiación.

No llegó a ver que sus nietos, Yago y Klaus, se habían tirado al agua para ir nadando hasta el bote y abrazar a Santiago. De alguna forma querían compensar el haberse perdido la primera parte de la regata porque aún estaban en plena competencia en su categoría, la 49er.

Cada uno hacía lo que se le ocurría para festejar. Lo importante era celebrar este enorme momento para el deporte argentino y, claro, también para las familias.