Olímpicos
Eugenio Martínez Ruhl 8y

Santiago Lange, el lobo de mar al que nada lo detiene

RIO DE JANEIRO (Enviado especial) -- Cuando su médico le dijo, a fines del año pasado, que no podía hacer viajes frecuentes en avión a causa de la recuperación que estaba cursando de un cáncer de pulmón, Santiago Lange no se deprimió. Casi nunca lo hace. En lugar de eso, su mente de ingeniero naval trazó enseguida el plan a seguir. En enero de 2016 se mudó a Río de Janeiro, al barrio de la Marina da Gloria donde en agosto iba a disputar -él sabía que nada lo iba a detener, ni esa maldita enfermedad- la categoría Nacra 17 de vela junto a la rosarina Cecilia Carranza Saroli.

Hizo al club náutico de Río de Janeiro su casa. Cuando no podía navegar porque su enfermedad se lo impedía, entrenaba andando en bicicleta por el barrio. Así se convirtió rápidamente en uno más del vecindario. "Bon día", empezó con los empleados del club. Luego con el dueño del puesto de diarios de la zona. Al poco tiempo, todos en el área de la Marina lo conocían.

A los 54 años, y con cinco Juegos Olímpicos en sus espaldas, se transformó en un experto en la pista acuática donde se iban a correr las regatas que hoy lo hicieron, junto a Carranza Saroli, ganador de una medalla de oro. El hombre, un prócer del yachting no sólo argentino, sino mundial, siente que el agua es su hogar. No importa si es la de Argentina, la de algún lugar en Europa o la de Brasil. 

Justamente, en su cumpleaños número 54, el 22 de septiembre de 2015, lo habían operado para extirparle el pulmón afectado por el cáncer. "El otro día hablaba con Dani (un integrante del equipo técnico argentino), y le decía que no me gusta que se mencione tanto ese tema en los medios. Pero él me explicó que mi ejemplo le podía servir a mucha gente afectada por esta enfermedad. Si contribuye en ese sentido, bienvenido sea", fue una de las primeras cosas que dijo este martes cuando arribó a la costa carioca tras consagrarse. 

Nacido en 1961 en la ciudad bonaerense de San Isidro, Lange le dedicó su vida al yachting. Junto a su compañero Carlos 'Camau' Espínola, ganó bronce en Atenas 2004 y Beijing 2008, en la clase Tornado. Cuando el calendario olímpico agregó una nueva divisional mixta, la Nacra 17, pensó en Carranza Saroli para afrontar el desafío. 

Todo quedó en una nube de dudas cuando tiempo después le diagnosticaron su dolencia.

Lo operaron y se recuperó increíblemente rápido. Estuvo listo para Río 2016, donde marcó el récord de mayor edad de la delegación argentina, y está compartiendo la experiencia con sus hijos Yago y Klaus, que compiten en la categoría 49er. "Nunca lloré tanto como en la ceremonia inaugural, junto a ellos", relató. 

Cuando, todavía arriba de la embarcación, le confirmaron que la medalla dorada era de ellos, abrazó a su compañera e inmediatamente después se paró agarrado de la vela, cerró los ojos y dejó que el viento, ese amigo de toda la vida, le pegara de frente en la cara. 

Con su pelo algo ralo tirado con fuerza para atrás por la corriente de aire, se dio un momento para recordar todo lo que pasó en los últimos meses. Y también ese convencimiento que mantuvo todo este tiempo: "Nada me va a detener". 

^ Al Inicio ^