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Rubén Limardo pretende sumar su segundo oro olímpico en Tokio 2020

"Si vuelvo a ganar una medalla en un Juego Olímpico, no va a ser igual. La primera vez es la más emocionante". Con estas palabras, el esgrimista venezolano Rubén Limardo se refirió al máximo logro de su carrera: ganar la medalla de oro en Londres 2012 en una charla con Fernando Palomo para el podcast 'Nos Ponemos las Pilas'. Sin embargo, reconoció que dicho logro no lo satisface ya que su objetivo es poder repetir el logro este año en Tokio al decir que "quiero hacer historia y poder ser una persona que consiguió dos medallas doradas en la esgrima masculina. Ese es mi mayor reto" . 

Aunque lo de Londres 2012 constituye el pico más alto de su carrera, el camino recorrido comenzó mucho antes de ese año. Y resultó ser un camino cargado de ilusiones y sueños de grandeza, pero también de mucho sacrificio, que conoció los duros momentos del inicio cuando con 14 años salió de su Venezuela natal para competir en Hungría y su premio mayor fue sumar las primeras experiencia. "Mi primer viaje fue en 1999 y mi primera competencia fue en Hungría en donde fui eliminado en primera ronda. Pero viendo la Final comencé a soñar. Y cuando comenzaron a llegar mis primeros títulos, me mentalicé que quería ganar una medalla olímpica en el futuro"

El mejor momento de su carrera pudo haber llegado antes de lo que él había imaginado, pero Limardo sostiene que creía en sus posibilidades de conseguir una medalla. "Después de Beijing 2008, siempre estuve entre los 10 primeros del ranking y por eso pensaba que podíaganar una medalla. Ahora quiero hacer historia y tratar del repetir una medalla en Tokio 2020. Parece fácil hacerlo, pero llevar el peso de esa medalla conseguida no es fácil, sobre todo para un país que no es potencia como lo son Estados Unidos o Rusia. Haber ganado crea mucha presión y hay que saber manejarla", indicó Limardo.

El logro que lo marcó definitivamente en su carrera, no le cambió su modo de ser. Por el contrario, lo reafirmó y lo cuenta en esta anécdota. "Cuando terminó la competencia, en el estadio no quedaba nadie que pudiera llevarme a la villa olímpica y mi familia estaba allí esperándome. Decidí regresar al hotel de ellos y tomamos el metro. Fue algo natural. La sencillez es lo que define a una persona en los momentos más bonitos y yo decidí compartirlo con ellos". Pero la anécdota no se quedó allí: varios pasajeros del metro se le acercaron para ver su premio y él se los mostraba con orgullo. " La gente estaba sorprendida y para mi fue muy lindo poder ponerles la medalla a algunos niños y a algunos abuelitos también", remata.  

Con el paso del tiempo, Rubén aprendió a darle el valor que realmente tiene. "Una vez alguien me dijo que una medalla llama a otra", recuerda y completa la historia diciendo que "tuve un par de temporadas de sequía y un día me acordé que tenía la medalla guardada. Entonces decidí ponerla en mi cuarto para poder verla todos los días y desde entonces volvieron los buenos resultados. Por eso antes de cada competencia la toco y le pido que me de fuerzas. Gracias a ella luché y puedo seguir luchando.Verla me motiva".

Como pueden ver, no fue una charla más. El campeón olímpico Rubén Limardo nos regaló detalles de su pasado, asícomo de sus planes y objetivos a futuro en esta nueva entrega de 'Nos Ponemos las Pilas'. ¿Acaso se la piensan perder?. 

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