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Una mexicana fue clave para que hoy debute en boxeo la abanderada de Burundi

Ornella Havyarimana fue abanderada de Burundi y hoy inicia actividad en Tokio 2020 tras una historia que comenzó detrás del impulso de una mexicana

Ornella Havyarimana hizo historia para Burundi, su país, en la ceremonia de inauguración de los Olímpicos de Tokio 2020, al entrar como abanderada. La boxeadora participa en sus primeros Juegos, y esto no habría sido posible sin una cómplice inesperada: Elizabeth, una mexicana con la que entrenó desde 2017, y quien se volvió su compañera rumbo a un sueño.

En ese año, Elizabeth llegó a Bujumbura, la capital de ese pequeño país y necesitaba un gimnasio para hacer ejercicio. Después de una larga búsqueda, encontró uno, al fondo de un bar, con un entrenador, Joseph, a quien le pidió su apoyo. Ella planeaba realizar entrenamiento funcional, pero él la llevó por otro camino, ya que se trataba de un coach de boxeo. Aceptó el reto y ahí se unió a una muchacha fuerte, de 1.70 metros, que más allá de su físico impactaba por su pasión. Se trataba de Ornella.

“Elizabeth pudo descubrir y animar los sueños fuera de lo común de esta joven. Las mujeres no se abren con las personas extrañas allá, son muy reservadas y muy prudentes, en general. Pero ello logró entrar con ella y puedo entenderla por varias razones. Primero por ser mujer, ella le ofreció esa confianza. Segundo por ser mexicana, ya que, como me decía la gente allá, siente que tenemos una manera de ser cercana a la suya, les generamos confianza. El que Onella haya tenido la posibilidad de conectar con Elizabeth y no con alguna europea o norteamericana me parece entendible” explica Rubén Antonio Macias Sapien, mexicano que fue misionero Xaveriano en Burundi del 2000 al 2019 y conoció a Elizabeth y Ornella.

Debido al idioma, durante un año y dos meses sólo se veían las caras y entrenaban, no existió un intercambio de palabras. Así, día a día, Elizabeth enfrentaba a Ornella, siempre ganando el combate la burundesa, hasta que un día, la mexicana la derrotó, pero no fue por sus impactos, si no por problemas físicos de Havyarimana.

Había días que Ornella no comía lo suficiente, tenía algunos problemas en su casa, ya que no vivía con sus padres sino con la abuela, quien le daba permiso para entrenarse. A partir de ese momento, Elizabeth compartió parte de su salario para una despensa que ayudara a la boxeadora a mantenerse entera.

“En Burundi no existe en sí una cultura deportiva muy arraigada. Podría decir que es algo nuevo, que no tiene muchos años. Burundi no cuenta con infraestructuras deportivas de alto nivel e inclusive de nivel medio. En los últimos años se ha desarrollado el futbol, aunque también se practica el basquetbol, el voleibol. Culturalmente son los hombres quienes hacen deporte, normalmente esos deportes que mencioné. En Burundi no existe un campeonato de boxeo, no hay muchos gimnasios. Saber que una mujer burundesa practica el boxeo es todo un caso excepcional”, explica el misionero.

Y así se estrecharon los lazos entre la mexicana y la burundesa. Burundi a pesar de ser un país pequeño y con pocos recursos, la gente ama el deporte, pero no existe una tradición en torno al mismo. Poco a poco se fue dando el diálogo, con sus complicaciones por lo difícil del idioma local, y la mexicana aprovechaba para motivar a Havyarimana contándole y enseñándole, en videos de su celular, las hazañas de los boxeadores mexicano, como Julio César Chávez, Juan Manuel Márquez y el 'Canelo'.

“Siempre pensábamos que sería posible, les contaba sobre cómo en México la gente ama el boxeo, como a pesar de las discrepancias sociales México cuenta con educación, salud y transporte público, sueñan también con venir a conocer a todos esos boxeadores mexicanos. Les decía que los mejores boxeadores se entrenan en barrios bravos. ¡De cómo las mujeres aprendemos a defendernos!”, narra Elizabeth a ESPN.

Elizabeth dejó Burundi en 2018, justo en el momento que Ornella empezó su ascenso, y su semilla estaba sembrada, ya que un grupo de mujeres locales se unieron al entrenador para juntar dinero y lograr que fuera a los distintos torneos eliminatorios, esos que ahora la tienen en los Juegos Olímpicos.

“Hoy me siento tan orgullosa de Ornella como de todos esos mexicanos deportistas, que a pesar de todas las dificultades están ahí, sintiéndose parte de algo más grande y sintiendo empatía por todos y todas aquellas que luchan por representar y darnos un ejemplo de perseverancia, el deporte es la manera más íntegra de cumplir un sueño, una meta”, es la forma en que Elizabeth agradece a Ornella y Joseph por su tiempo en Burundi.