Pese a los momentos de nerviosismo, el patinador mexicano siempre denotó el orgullo que representó hacer historia en un país sin tradición en el hielo
Donovan Carrillo no dejó de sonreír en ningún momento. Los destellos de su traje con dos mil piedras Swarovski, diseñado por el estadounidense Brad Griffie, no pudieron opacar el brillo del mexicano de 22 años que levantó la bandera tricolor cuando iba a conocer su puntuación en la gran final del patinaje artístico de los Juegos Olímpicos de Invierno Beijing 2022.
Sus 218.13 unidades luego del programa largo lo pusieron en la historia del deporte mexicano, pues es el mejor resultado obtenido en esa especialidad. Eso lo supo y apenas salió del hielo, se abrazó con su entrenador, Gregorio ‘Goyo’ Núñez, quien ha estado a su lado en cada etapa.
Donovan entró concentrado al hielo, comenzó a moverse al ritmo de Perhaps, perhaps, perhaps de Daniel Boaventura y Carlos Rivera. Su traje negro con dorado lo hizo resaltar en medio del hielo de Beijing.
La sonrisa cse fijó en su rostro y a pesar de los errores, producto de los nervios, nunca perdió la postura para ir hacia el siguiente movimiento. Sus piruetas en el aire las engalanó con Sway, de Dean Martin.
Fue cuando sonó María, de Ricky Martin, que entró con confianza y lució más relajado. Con las manos alentó al público que se dio cita en el Estadio Cubierto de la Capital y el brillo aumentó.
Terminó su rutina y al salir mandó un saludo a México y “besos”. Entonces llegó ‘Goyo’ y se dieron el abrazo de una vida. Cuando llegó el momento de conocer la puntuación oficial, ondeó una bandera pequeña de México y entonces salió su puntaje, resultado de toda una vida llena de sueños y sonrisas.