Simone Biles cerró su visita a Buenos Aires con una jornada inolvidable para la Gimnasia argentina. La multicampeona olímpica, inspiración para millones de atletas alrededor del mundo, encabezó la clínica “Superando límites” y emocionó a las diferentes generaciones de deportistas que fueron testigos de una cita de lujo.
El Mary Terán de Weiss fue sede de una tarde que quedará en la mente y en el corazón de miles de atletas nacionales. El Gobierno de la Ciudad tuvo que reubicar el encuentro a estadio principal del Parque Roca ante el furor que generó la visita de la estadounidense y, así, más de 10 mil personas tuvieron la posibilidad de reunirse para celebrar a la estrella del olimpismo.
Para abrir el evento, jóvenes talentos exhibieron su destreza en diferentes disciplinas y se convirtieron en las "teloneras de Simone". Algunas representantes de la Selección Argentina realizaron rutinas de suelo, al tiempo que otras chicas mostraron sus habilidades en salto, paralelas y viga.
Los conductores Gonzalo Bonadeo y Daniela Etcheverry invitaron a los clubes presentes a agitar sus banderas y carteles y la respuesta fue impactante. El Jefe de Gobierno Jorge Macri anunció la entrada de Simone Biles y el estadio explotó.
Como una niña más, Simone apareció en escena y bailó al escuchar cómo coreaban su nombre. Se emocionó al admitir que jamás había vivido algo igual, mientras la gente le rogó por su participación en Los Ángeles 2028. “Una más y no jodemos más”, cantó el público y, al recibir la traducción, se ruborizó.
En el marco del nombramiento de Buenos Aires como la capital Mundial del Deporte, le otorgaron a Simone Biles “la llave del Parque Olímpico” y le regalaron la camiseta de la Selección Argentina y la de la Confederación Argentina de Gimnasia.
Las jóvenes gimnastas le hicieron un pasillo de honor hasta el centro del estadio y así comenzó la acción junto a Laurent Landi, su entrenador. En simultáneo, las tribunas rugían.
“Hicimos un gran esfuerzo para venir desde lejos para que las chicas pudieran conocerla. Cuando se enteraron de que iban a venir, no podían decir una palabra, solo tenían los ojos llenos de lágrimas. A pesar de todas las caídas, Simone siempre buscó más e intentó seguir superándose. Es un total ejemplo a seguir”, le compartió a ESPN.com Milena Garay, profesora del Club Newbery & Everton de Cruz Alta (Córdoba), uno de los tantos grupos presentes.
“Desde los Juegos Olímpicos de Tokio la vemos con otros ojos, cambiamos la mirada sobre ella de perfección, técnica, gimnasia inalcanzable. Es valioso ver que tiene los mismos bloqueos y miedos que nosotras. Los papás, los profes, empezamos a prestar atención a la salud mental de otra manera. Gracias a su ejemplo las nenas saben que pueden decir hoy no puedo, hoy no quiero, respeto mi cuerpo”, marcó sobre el legado de Biles la coordinadora de Ave Fénix, del barrio porteño de San Cristobal.
La clínica de Simone: el día que marcará a fuego el futuro de más de una generación
Con la humildad que la caracteriza y una sonrisa constante, Biles y su coach lideraron con total naturalidad el calentamiento. Ante una multitud incrédula, que no hacía más que intentar conseguir un saludo de su ídola, la gimnasta más condecorada de la historia se acercó a las niñas, las observó y las alentó.
Activa, involucrada, conmovida, como quien realmente disfruta de lo que hace: así desfiló por el piso del Terán de Weiss, absorbiendo amor y admiración.
“That’s the trick” (“Ese es el truco”), le reveló a una niñita que vestía medias para trabajar en las barras y la miraba atónita. “Good job” (Buen trabajo), le gritó a una pequeña que saltó frente a sus ojos.
Mientras en el centro de la escena florecía la Gimnasia, desde las gradas, la sola mirada de Biles era suficiente para desatar la locura.
Si siguen trabajando así veo mucho futuro, lo van a lograr”, dijo en inglés y conquistó a todos. “Les pido que se diviertan y que nunca se rindan. Disfruten el camino”, cerró.
Biles se hizo cargo de quién es y abrazó la responsabilidad de inspirar a millones de deportistas
Biles sabe que su técnica y potencia le dieron el don de volar. Tiene la certeza de que es capaz girar en el aire y moldear con su cuerpo las piruetas más fantásticas que la Gimnasia ha visto jamás. Sabe que es historia viva, absolutamente una deportista única. La resiliencia de su vida personal y su valor para hablar de salud mental ante millones de personas impactaron definitivamente en el mundo olímpico. Pero, ¿qué hace Simone con todo aquello que sabe?
Simon Biles tiene el grandioso poder de inspirar. Y ese desafío, tan hermoso como difícil, no es para cualquiera. Pero la estadounidense decidió aceptar la misión.
“Recuerdo cuando Gabby Douglas ganó en Londres 2012, pensé: ‘¡Dios mío, si ella puede hacerlo, entonces yo también puedo hacerlo!’”, contó Biles en su visita a Argentina para ilustrar el impacto que tuvo en su infancia ver a una mujer negra subir a un podio olímpico.
Para ella, ser una inspiración para el pueblo afroamericano es un orgullo. Pero también, es absolutamente consciente de que su figura ha traspasado todas las barreras culturales. Así como su imagen victoriosa fue decenas de veces el titular de los diarios, también fue tapa la postal de su abandono en Tokio 2021.
Biles claudicó ante la presión, priorizó su salud mental y se lo gritó al mundo. Después luchó, volvió y brilló. Así, dejó de ser solo la gimnasta más espectacular de todos los tiempos para consagrarse como una referente de resiliencia.
“Soy una humana como ustedes”, le dijo a Buenos Aires. “Intento mostrarme humana y vulnerable”, insistió. La gimnasta intentaba poner en palabras todo aquello que aprendió al atravesar una carrera despampanante, que la expuso a la crueldad de las redes sociales y a sus “miles de demonios”.
Al admitirse acosada por “las fuertes voces de su cabeza”, se aceptó frágil. Y al mostrarse terrenal, se consolidó como un reflejo más cercano.
La trascendencia de la visita de Biles a Argentina posiblemente pueda ponerse en valor en el futuro. Si el desarrollo deportivo y la infraestructura logran acompañar, en algunos años aparecerán los testimonios de nuestras campeonas que recuerden el día que Simone las hechizó con su amor a la Gimnasia en el Parque Roca.
