Su infancia se desarrolló en su natal San Francisco Ocotlán, Puebla, donde al mismo tiempo que estudiaba y hacía otras labores acompañó a sus hermanos Angel y Carlos a practicar carreras en el campo.

"Sólo los acompañaba a entrenar por el gusto de verlos, pues no me veía cualidades al estar un poco gordito, pero poco a poco me entró el gusto por hacerlo y más cuando empecé a ganar carreras en los pueblitos cercanos donde nací, cuando tenía 13 años", recordó.

En 1995 apareció en su vida la figura del entrenador Rodolfo Gómez, sexto lugar en el maratón de los Juegos Olímpicos de Moscú 1980, pero fue hasta 1996 cuando se incorporó a su club.

Entonces dejó la preparatoria por falta de recursos económicos y se metió de llenó a las carreras y en 1993 ocupó el tercer lugar en el Maratón Tangamanga de San Luis Potosí y repitió lugar en el Tlaxcala-Puebla.

Los problemas económicos continuaron y el 15 de septiembre de 1998 decidió embarcarse hacia Estados Unidos, donde además de trabajar continuó con su carrera atlética y ese año y al siguiente ocupó el quinto y tercer lugar en el maratón de San José, California y en el primer año fue tercero en el de Sacramento.

Pero tampoco le fue bien y decidió volver el 28 de febrero de 2000, pero para su desgracia se lesionó del nervio siático hasta recuperarse en mayo del 2001 y reapareció con triunfo en una carrera de 12 kilómetros de su natal San Francisco Ocotlán, por lo cual obtuvo de premio una bicicleta.

"El 2 de diciembre de ese año logré la mejor marca de mi vida para ese entonces 2:17 horas para un cuarto lugar en el maratón de Mazatlan, lo cual me motivó", declaró.

En este 2002 quedó quinto lugar en el maratón Lala con 2:13:54 horas y el 4 de mayo ganó el de Puebla con 2:19:11, "se siente padre ganar en casa", comentó.

Pero lo mejor fue el séptimo lugar que ocupó en el maratón de Berlín con 2:10:39 horas. "Esto me da más confianza y seguridad en mi trabajo y en lo único que pienso es participar en los Juegos Olímpicos de Atenas 2004".

A José Ernani Palalia no le interesa participar en uno y otro maratón en busca de dinero, a pesar de que "lo que gano sólo alcanza para irla pasando para los alimentos, los pasajes y hospedaje".

Apuntó que "lo que quiero es hacer una adecuada preparación y participar en Atenas, porque después de codearme con algunos de los mejores corredores del mundo, como el keniano Moses Tanui que ocupó el octavo lugar, sé que puedo hacer algo por mi país".

Para este viaje contó con el boleto de avión que le pagó una empresa automotriz con sede en Puebla, en la cual trabajó unos cuatro años, hasta que en 1988 hubo problemas de huelga y fue despedido.

Agradeció a Raymundo Carreño por ayudar que trabajara en dicha empresa y que la misma le diera el boleto para Berlín, así como al Instituto del Deporte de Puebla, por el ofrecimiento de una beca.

"El dinero no me sobra, sólo me alcanza para pasarla. Mi mayor premio fueron los 100 mil pesos del maratón Lala, ya que en Berlín obtuve 2400 euros, unos 23 mil pesos mexicanos", declaró.