Pan-American
Mariana Barasoain 5y

Sánchez y Soler brillaron en Lima, con la sonrisa como estandarte

LIMA (Enviada especial) - Juan Francisco Sánchez y Giselle Soller contagian alegría, no pueden disimularla. No dejan de sonreír ni un momento mientras acarician las medallas que cuelgan de sus cuellos.

Él tiene una de oro, la primera para Argentina en los Panamericanos. Ella, una presea de plata, que presume con orgullo y sin rastros de reproche por el primer puesto que no pudo ser.

Con la sonrisa como herramienta para seducir al jurado, ambos admiten que todo suma a la hora de recolectar puntos. “Los miro, les bailo, les guiño el ojo...¡lo doy todo!”, le confiesa el carismático patinador rosarino a ESPN.

“Juan te vende lo que sea”, dice Giselle, que se deshace en elogios para su compañero: “Es una persona luchadora, no le resultó fácil llegar hasta acá y siempre que se cae se vuelve a levantar. Él hace todo lo necesario para lucirse en la pista”.

Vestido de negro, sorprende con su look discreto en escena. No usa lentejuelas porque no las necesita. “Tengo brillo propio”, bromea con una simpatía compradora.

Juan devuelve la gentileza y dice sobre su compatriota y amiga: “Giselle es una patinadora ejemplar, muy sacrificada. Se entrena muy duro y siempre se ve a sí misma como una posibilidad aunque otras chicas sean las candidatas”.

“Yo la admiro muchísimo, es una grandísima atleta argentina”, confiesa el campeón panamericano que obligó a La Videna a ver la bandera celeste y blanca flameando en lo más alto.

Se trató de una jornada que quedará grabada en las páginas más importantes del patín nacional, con dos protagonistas que representan al país con frescura y gracia.

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