El arribo de Martín Bogado a Highlanders no será la primera incursión de un jugador argentino en Nueva Zelanda. Matías Díaz fue el primero en jugar el Super Rugby en un equipo kiwi, mientras que en 2022 se sumó Pablo Matera en Crusaders.
Corría octubre de 2013 y el rugby local se sacudía con una noticia de esas que no ocurren todos los días. Highlanders anunciaba con bombos y platillos la contratación del pilar mendocino Matías Díaz, quien ese año hacía sus primeras armas con Los Pumas y armaba las valijas para mudarse a Dunedin, Nueva Zelanda, lo que sería la primera experiencia de un argentino en el Súper Rugby con la camiseta de una de las franquicias kiwis.
Llegó el 2014 y el mendocino formado en Tequë recaló en un equipo que tenía jugadores de la talla de Ben Smith, Malakai Fekitoa, Lima Sopoaga, Aaron Smith y Brad Thorne. Fueron ocho presentaciones a lo largo de la temporada y el debut llegó el 1 de marzo de 2014 en la visita a Chiefs. El pilar ingresó a los 25´ del complemento en la ajustada derrota 21-19. Tuvo que esperar tres semanas para hacer una nueva reaparición en el equipo, esta vez por la semana 6 del torneo y con triunfo 35-31 ante Hurricanes de local. Díaz ingresó 24´ del segundo tiempo por Kane Hames como pilar izquierdo.
Dos semanas más tarde volvió a tener minutos, esta vez ante Melbourne Rebels cuando ingresó a dos minutos del final del partido por Chris King. Un mes después ante Lions ingresó temporariamente por la amarilla a King y luego de los 10´ quedó en cancha por su compañero amonestado. Esa temporada la cerró con cuatro partidos más, ante Hurricanes, Reds, Waratahs y Crusaders.
Sumó ocho encuentros y 134 minutos. Todo hacía pensar que se quedaría un año más, pero finalmente dejó Otago para volver al país. Sus ganas de poder estar presente en el Mundial de Inglaterra 2015 inclinaron la balanza para estar en Pampas XV. Incluso rechazó una propuesta del Bristol inglés.
Con 22 años y en el esplendor de su carrera, incluso Daniel Hourcade lo tenía en la lista para viajar al Viejo Continente, Matias Díaz tuvo que dejar el rugby. Tras sufrir palpitaciones en un entrenamiento se sometió a una serie de estudios que revelaron una miocardiopatía hipertrófica, un agrandamiento del corazón que lo obligaba a dejar la alta competencia. Con 23 años y mucho futuro por delante dio un paso al costado, pero dejó su huella, en ser el primer argentino en jugar el Súper Rugby para una franquicia de Nueva Zelanda.