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¿El Rugby League australiano posa su mirada sobre los jugadores argentinos?

Mateo Carreras, en acción con Los Pumas frente a los All Blacks. Getty Images

Con la futura inclusión de dos nuevos equipos, Perth Bears en 2027 y una franquicia de Papua Nueva Guinea al año siguiente, la National Rugby League (NRL) deberá incorporar al menos 60 jugadores más con nivel de élite para mantener la competitividad del torneo.

En ese contexto, los clubes ya están explorando nuevos mercados y medios australianos afirman que el rugby argentino -junto al sudafricano- se posiciona como una cantera atractiva para el formato de 13.

Tradicionalmente enfocados en Australia y Nueva Zelanda, los clubes de la NRL están ampliando su radar hacia Sudáfrica, y cada vez más, hacia Argentina. Talentos como Marcos Moneta -nombrado Jugador del Año del circuito mundial de seven en 2021- y Mateo Carreras -wing que brilla en el Bayonne francés y en Los Pumas- ha llamado la atención de varios ojeadores, según informó Dean Ritchie en un artículo publicado en el Daily Telegraph.

La velocidad, la potencia y la formación técnica de estos jugadores, provenientes tanto del Rugby Union como del Seven, encajan perfectamente con el perfil que buscan los clubes de la NRL: tres cuartos explosivos, acostumbrados al contacto y al ritmo intenso de competencia internacional. En ese sentido, los argentinos no están solos. También se mencionan figuras sudafricanas como Canan Moodie y el joven Gino Cupido, así como los australianos Max Jorgensen, Corey Toole y Tom Wright.

Pero más allá del rendimiento deportivo, el interés por argentinos y sudafricanos refleja también una estrategia más amplia: la NRL está dispuesta a abrirse a nuevos mercados internacionales. Incorporar figuras de países con gran tradición rugbística no solo puede elevar el nivel competitivo, sino también atraer nuevas audiencias, aumentar el valor comercial de la liga y proyectar su marca a nivel global.

Esta expansión coincide con una ampliación del tope salarial en la NRL, que alcanzará los 15 millones de dólares australianos anuales por club, lo que permitirá a las franquicias ofrecer contratos mucho más jugosos a figuras internacionales y convertir al Rugby League australiano en una alternativa cada vez más seductora para quienes hoy se desempeñan en ligas europeas o en Japón.

Los informes indican que los clubes valoran el hecho de que estos jugadores ya han competido al más alto nivel, ya sea en tests internacionales, Juegos Olímpicos o campeonatos europeos, y que podrían adaptarse con rapidez al formato.

Moneta y Carreras no serían los únicos observados. Hay una creciente apreciación por el sistema de desarrollo argentino, especialmente por su capacidad de formar jugadores. En un contexto donde la NRL debe crecer sin sacrificar calidad, buscar talento en otras regiones puede ser tanto una necesidad como una oportunidad estratégica.