En Melbourne, los British & Irish Lions se quedaron con un triunfo épico por 29-26 ante Australia, en un test match que tuvo momentos cambiantes y un desenlace increíble. Lo mejor del rugby, en Disney+.
El partido comenzó con los locales tomando el control: fueron intensos en el contacto, efectivos con el pie de Tom Lynagh y supieron capitalizar la tarjeta amarilla a Tommy Freeman para golpear en el marcador. Los Wallabies llegaron a estar 23-5 arriba, dominando el trámite durante más de media hora.
Sin embargo, en los diez minutos finales del primer tiempo, los Lions reaccionaron con dos tries, obra de Tom Curry y Huw Jones, que achicaron la distancia y dejaron el tanteador abierto antes del descanso 23 a 17 y el envión anímico fue clave para la segunda parte.
El complemento, los de Andy Farrell mostraron otra cara: más sólido en defensa y con mejor obtención, logró descontar gracias al try de Tadhg Beirne y la conversión de Finn Russell para quedar a tiro en el marcador. Australia, con penales de Lynagh, intentó sostener la ventaja, pero no pudo liquidar el encuentro.
La definición llegó en la última jugada: cuando el empate parecía sellado, el combinado británico-irlandés avanzó con paciencia y, por la punta, Hugo Keenan apoyó el try que selló el 29-26 definitivo. Un triunfo de carácter para los europeos, que dieron vuelta un duelo adverso y se quedaron con una victoria memorable en Melbourne.
