En un apasionante y entretenido duelo, Francia no supo como aprovechar el hombre de más que tuvo durante 40 minutos y terminó cayendo ante Sudáfrica en París por 32-17. Lo mejor del rugby, en Disney+ Plan Premium.
El amanecer del encuentro fue por completo para los anfitriones, que utilizaron con eficacia y precisión el pie con la intención de jugar siempre en territorio rival, para luego presionar y marcar puntos en las ocasiones que se le presentaban. De esta manera arribó la primera conquista a los 4 minutos, cuando el fullback Thomas Ramos clarificó la maniobra utilizando el pie de manera magistral para habilitar al wing Damian Penaud, que llegó comodamente al ingoal de los Springboks. La superioridad se mantuvo durante gran parte de la primera mitad y se acentuó con una nueva conquista del mismo interprete, esta vez esperando en su punta con paciencia a la ovalada, que terminó en su poder gracias a la precisión en el juego de manos de gran parte de los backs.
Dentro de este panorama, los sudafricanos se mantenían en partido por las indisciplinas del local, que le concedieron cuatro penales, de los cuales el apertura Sacha Feinberg-Mngomezulu pudo facturar dos. A pesar de tener todo en su contra, la jerarquía de los bicampeones del mundo se hizo presente con una jugada individual de otro partido del medio scrum Cobus Reinach, que logró infiltrarse entre dos marcas para luego superar a su último rival con un preciso sombrero en velocidad, que dejó en silencio a todo el público local.
Pero la reacción no se pudo concretar del todo, ya que en una de las últimas jugadas de los primeros 40 minutos, el segunda línea Lood de Jager no logró contener su vehemencia, cometiendo un claro y peligroso tackle alto ante Thomas Ramos, por lo que el árbitro australiano Angus Gardner, con ayuda del TMO, decidió expulsarlo, por lo que el elenco africano terminó en desventaja en el score (14-13) y jugando todo el complemento con uno menos.
Tras el descanso, la dinámica del juego no varió, con Les Blues como protagonistas y con los Springboks aguantando como podía una y otra vez los embates del local. A pesar de intentarlo una y otra vez, los anfitriones no lograban aumentar la diferencia gracias al coraje y al orden de la defensa visitante. Tuvieron que transcurrir 20 minutos para que el marcador se modifique por primera vez en la segunda mitad, gracias al penal convertido por Thomas Ramos. Ya sea por ineficacia propia o una gran efectividad de la defensa africana, Francia no lograba adueñarse por completo del juego, por lo que todavía el final estaba abierto.
En dicho panorama, sin un claro vencedor en el horizonte, el orgullo y la garra sudafricana se hicieron presentes en París, por lo que lentamente comenzaron a imponerse en cada fricción. Así fue como obtuvieron un line a cinco metros del ingoal francés, que terminaron facturando por duplicado, por el try de Andre Esterhuizen y la amonestación de Louis Bielle-Biarrey en la jugada previa, por lo que los dirigidos por Rasmie Erasmus no sólo daban vuelta transitoriamente el score sino que también por diez minutos iban a jugar en igualdad de condiciones.
Este repentino e inesperado giro de 180° en el partido se mantuvo, con la diferencia de que Sudáfrica si pudo ser eficaz y aprovechó al máximo su momento, logrando aumentar la diferencia con el try del ingresado Grant Williams que parecía sentenciar el pleito a falta de 8 minutos. El envión continuó y esta vez la joven promesa Sacha Feinberg-Mngomezulu arribaba al ingoal francés, silenciando definitivamente al público que colmó el Stade de France.
