En el Principality de Cardiff, Gales tuvo que batallar para superar 24-23 a Japón, con un penal en el último minuto de Jarrod Evans. Lo mejor del rugby, en Disney+ Plan Premium.
El amanecer del juego fue por completo para los anfitriones, que salieron al campo con una actitud predominante que los depositó a jugar por completo en el territorio rival. La defensa japonesa no pudo hacer pie durante los primeros 10 minutos, con errores no forzados que contribuían al dominio galés. Con paciencia y apostando a la superioridad de su pack, los europeos ganaban metro tras metro hasta que el apertura Dan Edwards lograba el primer try de la jornada.
Lentamente los dirigidos por Eddie Jones lograron mostrar su mejor faceta, el ataque, y se fueron adueñando del trámite del juego. La velocidad y la precisión de los backs comenzó a ser un problema para los Dragones Rojos, que sólo lograron aguantar por diez minutos las costantes embestidas, ya que Kippei Ishida igualaba las acciones a los 15 minutos.
La tesitura no cambió luego de la igualdad en el marcador, con los Brave Blossoms intentando pero fallando en los metros finales por impreciones en su juego de manos o por arriesgar de más en algunas circunstancias. Así fueron transcurriendo los minutos, sin que ninguno pueda alterar el marcador y con las diferentes propuestas de cada uno sobre la mesa de cara el complemento. Sobre el cierre de la primera parte, Gales cometió varias infracciones y fue Josh Adams quién recibió un cartón rojo por 20 minutos.
En el complemento, la tónica se modificó y el juego fue más vistoso. Louis Rees-Zammit tuvo su regreso triunfal a la titularidad en el Principality llegando al ingoal rival. Pero Japón, que supo tener dos hombres de menos por las amonestaciones de Epineri Uluiviti y Faulua Makisi, encontró los espacios con el propio Makisi para pasar arriba en el score.
Los Dragones Rojos reaccionaron en la acción posterior con la potencia de Nick Tompkins. Pero los nipones, lejos de sentir el golpe, lograron varios penales que fueron aprovechados por la eficacia de Seungsin Lee. Sobre el cierre, los comandados por Jones, supieron manejar la presión propuesta por los europeos, pero en el minuto final Harry Hockings cometió una infracción que devino en el penal que Jarrod Evans acertó para sellar la victoria.