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Townsville, la joya oculta del norte australiano, bajo la mirada argentina

Una vista panorámica de Townsville desde Castle Hill. Townsville Enterprise

Townsville no es el primer nombre que viene a la cabeza cuando uno piensa en las ciudades más conocidas de Australia, ni siquiera cuando se limita la búsqueda a aquellas asociadas con el rugby. No está en el mapa mental de los argentinos, y resulta difícil encontrar a alguno que haya pasado por ella... o que viva ahí (pero lo conseguimos).

Como ejemplo, el repaso de los partidos de Los Pumas en aquel país da como resultado que estuvieron allí solamente una vez, como parte de la gira de 1983. Pero la pandemia la puso en el mapa, al ser una de las pocas urbes australianas que no se vieron afectadas por el coronavirus. Así, la capital extraoficial de North Queensland se convirtió en destino ideal para recibir eventos que no podían realizarse en otro lugar.

Así es que este fin de semana alojará una doble jornada histórica del Rugby Championship (todo el Rugby Championship está disponible en Star+), recibiendo una exposición que puede terminar cambiando el status de "joya oculta".

Eso es Townsville, en definitiva: una ciudad de alrededor de 200 mil habitantes, pujante, industrial y turística a la vez, pero que sigue viviendo a ritmo de pueblo, donde todos se conocen y priorizan la amabilidad y el buen trato. Eso nos quedó bien claro a la hora de revivir la victoria Puma allí, hace 38 años, pero es una historia que merece ser contada aparte.

A 1300 kilómetros de Brisbane, la ubicación estratégica de Townsville, en la costa norte del país, mirando hacia el Pacífico, el sudeste asiático y China, hace que tenga gran actividad portuaria y también una fuerte presencia de las distintas fuerzas armadas australianas.

La actividad económica está muy diversificada, con refinerías de zinc, cobre y níquel, producción de azúcar y ganado vivo. El estado de Queensland lidera la producción de carne australiana y, en los últimos años, Townsville se convirtió en el principal puerto de exportación.

Hasta aquí, los datos más fríos, los económicos. Pero con un clima cálido y agradable, con temperaturas promedio de entre 20 y 30 grados, ubicada frente a la Gran Barrera de Coral, la convierten también en un destino turístico, principalmente para disfrutar de sus playas y reservas naturales y realizar excursiones de buceo, kayak o vuelos panorámicos. Quien quiera investigar un poco más, busque nombres como The Strand, Riverway, Reef HQ, Castle Hill o Magnetic Island, para enamorarse del lugar a través de sus increíbles imágenes.

¿Ciudadanos ilustres? Probablemente el más conocido, a nivel global, sea Julian Assange, el responsable de WikiLeaks. En cuanto al deporte, sobresalen los nombres del golfista Greg Norman, alguna vez número uno del mundo, y yendo al rugby, el de Luke McLean, quien hiciera una gran carrera jugando para el seleccionado de Italia.

Justamente, en cuanto al deporte, el rugby, pero en su versión league, es rey de la mano de los North Queensland Cowboys. Cuando juega el equipo local, sobre todo en instancias decisivas, la ciudad literalmente se viste con sus colores, y no es extraño ver a la gente yendo a trabajar con la camiseta puesta.

Pero el rugby union también tiene sus seguidores y ha aportado varios Wallabies en su historia; los más recientes y conocidos, Peter Grigg, que enfrentó a Los Pumas en 1983 y jugó RWC 1987, y Sam Scott Young en los años 90.

Además, hay lugar para otros como el cricket y el básquetbol, y por supuesto, innumerables opciones para los amantes de la vida al aire libre, como remo, kite surf, escalada, trekking... y sigue la lista.

Y otro gran atractivo es que la ciudad tiene servicios de salud y educación de primer nivel y una actividad cultural y gastronómica muy variada, reflejo de la herencia inmigratoria desde distintos lugares del mundo, como Asia y el Pacífico, pero también una fuerte presencia griega e italiana.

UNA MIRADA ARGENTINA
¿Hay argentinos en Townsville? Pocos, muy pocos. La mayoría, de paso con becas de estudio o como trabajadores temporarios. Sonia, en cambio, vive en la ciudad hace 10 años y nos cuenta su experiencia.

Casada con Paul, nacido y criado en la ciudad, y con dos hijos, Sonia extraña a amigos y familia, como cualquier inmigrante. Y también cosas más mundanas... ¡como los alfajores y el asado de verdad, a leña o carbón!. Pero está más que feliz con su elección de vivir en un lugar que valora la amabilidad y la tranquilidad.

"Nos conocemos todos y todo está cerca; hace un rato volvimos a casa y nos cruzamos en el camino con los Springboks, que habían salido a dar una vuelta, acá todo es así de tranquilo", cuenta sonriente Sonia. "Acá la gente es muy amigable; es algo cultural, estan educados para ser amables y serviciales".

Al principio, tanta amabilidad podía resultar hasta chocante. "En cada negocio, el empleado te pregunta cómo te fue o si tenés un buen plan para el día, y la verdad, no le encontraba sentido", nos cuenta. "Hasta que alguien me hizo entender que podía ser una forma de acompanar a esa persona a pasar mejor sus horas de trabajo, un acto de solidaridad en pequeños gestos; acá hay constantemente eventos para ayudar a los que lo necesitan".

Sonia también cuenta que se le presta mucha atención al medio ambiente: "Hay concientizacion sobre el impacto de la basura, se organizan días de limpieza colectiva voluntaria en playas y parques".

Y, por supuesto, la geografía y el clima invitan a disfrutar. En palabras de Sonia: "El clima ahora está increíble, promedio 25 grados centígrados, una primavera preciosa con brisa fresca por la noche".

Claro, todos disfrutan ahora porque saben que luego llega un verano caluroso y de lluvia constante. "El calor, los mosquitos, los ciclones y la humedad son algo con lo que hay que aprender a lidiar", confiesa.

Sonia y Paul, junto a sus dos hijos, estarán el sábado en el Queensland Country Bank Stadium, como muchos de los habitantes de Townsville, ya que será la primera vez en la historia que los Wallabies jueguen un test en la ciudad.

Paul será uno de muchos que, 38 años más tarde, volverá a ver a Los Pumas en Townsville. Era un adolescente en 1983 y, como jugador y fanático del rugby, estuvo en el estadio de Hugh Street, cuando con 18 puntos de Hugo Porta, Argentina se llevó la victoria por 22-12 ante Queensland Country.

Este fin de semana, en el North Queensland Stadium, llevará puesta una camiseta que recibiera un viejo amigo, jugador de Australian Capital Territory (ACT, hoy los Brumbies) de parte de Patricio Noriega en 1995.

De 1983 a 2021, pasando por 1995, Paul, un argentino por vía indirecta (fue en Buenos Aires, visitando a amigos, cuando conoció a Sonia), conectará a distintas generaciones de Pumas con un país en el que el rugby es pasión nacional.