Probablemente la conflictiva relación entre la tenista kazaja Elena Rybakina (7) y el entrenador croata Stefano Vukov haya acaparado la atención del circuto femenino en el último tiempo, más aún luego de que la WTA intercediera y le prohibiera acompañarla en los torneos por una infracción del Código de Conducta.
Pese a interrumpir el vínculo laboral en agosto de 2024, la campeona de Wimbledon 2022 sorprendería al anunciar exactamente el pasado 1° de enero que el nacido en Rijeka, de 37 años y acusado por maltrato psicológico, regresaría a su equipo de trabajo, causando una molestia evidente en el experimentado Goran Ivanisevic, que había asumido el mando en noviembre, en la previa de las WTA Finals, y se alejaría intempestivamente después de la eliminación en el Abierto de Australia.
Luego de diferentes versiones acerca de maltrato psicológico, la exjugadora austriaca Barbara Schett aparecería en escena para brindar su filosa opinión en una entrevista al medio Kicker: "Vukov le ha lavado la cabeza completamente a Elena. Puedes fijarte en cómo la trata y cómo se dirige hacia ella. Las cosas se volvieron aún peor en el US Open 2024. Su equipo y su familia intentaron apartarle".
"Sabemos que ha tenido altibajos a nivel mental, probablemente se deban a su presencia. Definitivamente abusó de ella mentalmente y es por eso por lo que creo que la WTA ha tomado la decisión correcta al sancionarle", prolongó la ex número 7 del mundo, que levantó tres trofeos durante su carrera individual.
En sintonía, la oriunda de Innsbruck, cuartofinalista en el US Open 1999, expresó: "Elena lo defiende porque le ha lavado el cerebro. He hablado de esto durante bastante tiempo junto a Goran Ivanisevic, que me dijo que el problema es que ellos están en una relación privada. Vukov quiere colarse y recuperar su lugar en el equipo, lo que es una situación desastrosa".
"Debería marcharse de su vida después de todo lo que ha hecho. Escuché en Australia las cosas que gritaba desde el banco, eran sencillamente inaceptables. Es genial que la WTA esté protegiendo a sus jugadoras y haya mostrado que hay consecuencias", cerró Schett, otra voz pública que aboga por la salud mental de Rybakina.
