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Naomi Osaka se vistió de ave fénix y celebró un inédito logro en su carrera

Una campeona se define por mucho más que un puñado de títulos. Detrás de las caídas, los golpes e intentos fallidos está el alma de una verdadera ganadora como Naomi Osaka (55ª). Después de 4 años celebró una nueva consagración derrotando en la definición del WTA 125 de Saint Malo a Kaja Juvan (515ª).

Meses atrás, mientras luchaba para meterse nuevamente en el circuito más exigente del mundo, la japonesa desconcertó con una alarmante declaración: "Si no estoy por encima de cierta clasificación en el ranking, no me veo jugando durante mucho más tiempo. Prefiero pasar tiempo con mi hija si no estoy donde creo que debería estar y donde siento que puedo estar".

Tiempo después, volvió a las bases compitiendo gracias a una invitación en el WTA 125 de Saint Malo buscando victorias que le permitan meterse en ruedo y prepararse de cara a una de las citas más exigentes del calendario: Roland Garros.

El polvo de ladrillo se ha caracterizado como una especie de kriptonita en la carrera de la 4 veces campeona de Grand Slam y ex número uno del mundo. Participó 7 veces en el Abierto de Francia con la tercera ronda como marca destacada.

Un número que se explica teniendo en cuenta su poco rodaje sobre la superficie. En la previa de su aparición en Saint-Malo, nunca antes había llegado a una final en clay.

Pero todo cambió esta semana. Ubicada en el cuadro como la segunda preclasificada, superó los desafíos propuestos por Petra Marcinko (6-2, 6-1), Diane Perry (2-6, 6-3, 6-4), Elsa Jacquemot (6-3, 6-4), Leolia Jeanjean (6-2, 4-6, 6-0) y Kaja Juvan (6-1, 7-5) estrenando título sobre polvo de ladrillo y celebrando el primero desde la consagración en el Australian Open 2021.