<
>

A 22 años de la única final entre dos tenistas argentinos en un Masters 1000

Coria le ganó la final de Hamburgo 2003 a Calleri, tras dos semifinales puramente argentinas. AP

Corría 2003 y, en suelo europeo, más precisamente en Hamburgo, Alemania, se registró un hecho sin precedentes y que tampoco se repitiría hasta el momento. Hace exactamente 23 años, Guillermo Coria le ganaba a Agustín Calleri, en la única final de nivel Masters 1000 entre dos argentinos.

El nacido en Rufino, Santa Fe, de solo 21 años, estaba en pleno ascenso en el circuito masculino al figurar como número 16 del ranking mundial, mientras que el oriundo de Río Cuarto, Córdoba, de 26, llegaba al torneo celebrado sobre el polvo de ladrillo teutón como 31° del planeta, justamente en la antesala de Roland Garros.

Una semana más que especial e inolvidable viviría el tenis argentino, no solo porque dos embajadores alcanzarían la definición sino también porque las semifinales serían 100% albicelestes, a raíz de los destacados desempeños del bonaerense Gastón Gaudio (29°), verdugo de un juvenil español Rafael Nadal (87°) en octavos de final, y de otro cordobés como David Nalbandian (13°), que se había cargado al local Rainier Schuettler (11°) y al local Fernando González (23°) en las fases previas.

En sus seis victorias en Hamburgo, el "Mago" apenas cedió un set, precisamente contra el "Gato" en semifinales, en el tiebreak del segundo capítulo, luego de vencer sin inconvenientes al estadounidense Vincent Spadea (33°), al finlandés Jarkko Nieminen (35°), al ruso Mikhail Youznhy (32°) y al australiano Mark Philippoussis (67°). Fue un partido caliente, ganado por 6-0 en el parcial decisivo, que marcó diferencias personales entre ambos jugadores.

Por su parte, Calleri, quien había despachado al surcoreano Hyung-Taik Lee (57°), al norteamericano Andy Roddick (6°), a su compatriota Mariano Zabaleta (38°) y al sudafricano Wayne Ferreira (26°), se anotó un triunfo bárbaro sobre "El Rey David", reciente cuartofinalista en el Abierto de Australia, por 6-4 y 6-1 para clasificar por única vez en su carrera a la última instancia en un Masters 1000, la escala siguiente a los Grand Slam.

El encuentro quedaría en manos de Coria, que se mostraría mucho más sólido que Calleri para imponerse 6-3, 6-4 y 6-4 en dos horas y 14 minutos de pleito, cuando por entonces se disputaba el choque decisivo de ese nivel de campeonatos al mejor de cinco sets, y estrenar su palmarés en la categoría, sacándose la espina de la derrota versus el español Juan Carlos Ferrero en Monte-Carlo un mes antes.

En ese momento ya se le daría una gran importancia al hecho de la final entre dos argentinos, así como a las semifinales con cuatro representantes en cancha. Indudablemente aún más valor parece tener hoy, cuando nunca se pudo repetir una hazaña semejante. ¿Habrá una segunda vez?