Las tres semanas fuera de competencia le sentaron de maravillas al serbio Novak Djokovic (6°), quien hace unas horas anunció a su compatriota Dusan Vemic como su nuevo entrenador y este miércoles debutó con triunfo en el ATP 250 de Ginebra al derrotar al húngaro Marton Fucsovics (134°) en octavos de final.
Después de sufrir inesperadas eliminaciones en Doha, Indian Wells, Monte-Carlo y Madrid, el nacido en Belgrado, que este jueves cumplirá 38 años, decidió culminar su efímero vínculo laboral con el británico Andy Murray justamente en la previa de Roland Garros, aprovechando la invitación para participar en el evento suizo y pulir detalles en el polvo de ladrillo.
"Mi primer triunfo esta temporada sobre polvo de ladrillo. Obviamente que es grandioso romper el hielo de alguna manera. Es una superficie muy demandante, todos sabemos cuán engañosa puede ser. Comparando con las otras, siempre debes esperar uno o dos tiros extras. La pelota siempre vuelve", expresó el ex número 1 del mundo, luego de asegurar su 13° éxito en el vigente calendario, al pie de la cancha central.
Posteriormente, el dueño de 99 títulos en el circuito masculino, el cual no otorgó ninguna oportunidad de rotura durante los 77 minutos de pleito, destacó: "Aquí hay un poco más de altura, así que ayuda si tienes un buen saque. Y hoy creo que fue mi golpe más fuerte, tuve un porcentaje muy alto de primeros servicios. Gané muchos puntos gratis cuando lo necesité para salir de peligro. Te facilita la vida en la cancha".
"Estoy muy contento por haber podido jugar mi mejor tenis cuando más lo necesitaba. Creo que durante todo el partido hasta el último momento estuve bastante concentrado. Espero que pueda continuar mañana", concluyó el medallista dorado en los Juegos Olímpicos de París 2024, que enfrentará al italiano Matteo Arnaldi (39°) por un lugar en semifinales.