<
>

Horacio Zeballos: el especialista que agiganta su leyenda en el tenis argentino

Horacio Zeballos cumplió los 40 años el pasado 27 de abril y aún puede decir que está en la plenitud de su carrera. Quién fuera número 1 de dobles en 2024, sumó su título más importante en Roland Garros, en pareja con el español Marcel Granollers (derrotaron a Salisbury y Skupski). El que le faltaba. Con el que soñaba de la mano de Marcel Granollers su "hermano" de cancha.

El marplatense tuvo de ídolos a Goran Ivanisevic y Thomas Muster en sus inicios. En singles le ganó a un tal Rafael Nadal ¡y en polvo de ladrillo!, a Juan Martín del Potro, a David Nalbandian, a Fernando González, a David Goffin, a Ivo Karlović, a Gaël Monfils y a Gilles Simon, entre otros. Pero buscó un mejor lugar en la cancha. Uno compartido.

Desde 2019 se dedica full time a la modalidad de tenis compartida y ganó un título atrás de otro. Son 24 en total (21 finales más), nueve de categoría Masters 1000, superando nada menos que a Guillermo Vilas, prócer del deporte argentino.

Alcanzó tres finales de Grand Slam (en el Abierto de Estados Unidos 2019 y en los Campeonatos de Wimbledon 2021 y 2023) y una en las Finales ATP. Disputó Juegos Olímpicos (Tokio 2020+1) e innumerables series de Copa Davis siempre de la mano de Alejandro Lombardo, su coach y amigo.

Cambió y cambia de parejas varias veces por temporada: Julio Peralta, Máximo González, Andrés Molteni, etc. Ganó el Olimpia de Plata al mejor tenista argentino de la temporada 2021, gracias a un excelente desempeño en dicho año, ganando con Granollers los Masters 1000 de Cincinnati y Madrid, además de jugar la final de Wimbledon de ese año

En consecuencia, el fan del ajedrez que le ganaba al viento marítimo cuando era un pibe en un frontón del Edison Lawn Tennis mientras recibía los consejos de su padre, cada vez tiene menos sueños por cumplir a nivel deportivo.

Esta temporada empezó con complicaciones. Su compañero lo obligó a buscar parejas eventuales para cada una de las giras del circuito ATP. Con el regreso del español volvió a sentirse pleno. Títulos en el Challenger de Phoenix, el ATP 250 de Bucarest y el Masters 1000 de Madrid elevaron sus probabilidades de campeonar en grande. In crescendo el nivel, la llegada a París pintó bien. La Copa de los Mosqueteros en sus manos será el cuadro de su vida.

En líneas generales: ya fue número 1 del mundo en la sección y campeón de Grand Slam (cuatro finales jugadas), sumado a nueve trofeos de Masters 1000.