Wimbledon se caracteriza por ser el Grand Slam más tradicional de los cuatro existentes en el mundo del tenis, una de las cosas más características del certamen. Sin embargo, el torneo británico da luz verde a la modernización. Y tuvo sus críticas.
En el All England Club, los jueces de línea fueron reemplazados por jueces de línea impulsados por inteligencia artificial. La instalación del sistema electrónico automatizado dice presente en las 18 canchas que contiene el prestigioso certamen sobre césped.
Por primera vez en 147 años no hay jueces de línea humanos y, por lo tanto, los jugadores no tienen el poder de desafiar el pique de una bola, el famoso "challenger". "La decisión de introducir el sistema de llamada electrónica de línea en vivo en Wimbledon se tomó tras un largo período de reflexión y consulta", había confirmado Sally Bolton, quien es la directora ejecutiva del All England Club.
Sin embargo, esta tecnología no es perfecta y ha dejado varios errores en los últimos días. "No creo que sea 100 % precisa", explicó Jack Draper tras perder en segunda ronda contra el croata Marin Cilic. "Un par de bolas dejaron marcas en la pista. Si hubiera sido mala no habría habido cal en ellas. Supongo que no puede ser 100 % efectivo, porque a veces es cuestión de milímetros", agregó, según recogió EFE desde Londres.
Más allá fue la local Emma Raducanu tras perder en tercera ronda contra Aryna Sabalenka. "Estoy segura de que hubo una pelota que dieron por buena y que fue mala. Es decepcionante que en el torneo haya decisiones que sean incorrectas, pero en la mayor parte de los puntos va bien. En mis partidos ha habido algunas que han sido fallos por mucho, así que espero que eso lo solucionen".
Además, la introducción ha supuesto que cientos de trabajadores que participan no sólo en Wimbledon, sino en todos los torneos ATP y WTA del circuito se hayan quedado sin trabajo. Esto generó protestas en los alrededores de Wimbledon en los primeros días de competición, bajo el lema "No queremos que los robots sustituyan a las personas".
"Es una pena, porque era una tradición y ahora ya no hay jueces. Es obviamente también algo que nos hace la vida más fácil, porque no tenemos que preocuparnos mucho de si una bola ha sido buena o mala", apuntó Draper.
Cabe recordar que el pasado Roland Garros fue el último torneo del circuito en el que se utilizaron jueces de línea, ya que el Grand Slam parisino será el último en estrenar esta tecnología a partir de 2026.
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