El tenis es, posiblemente, el deporte más mental que puede existir, tanto amateur como profesionalmente. Nada está dicho hasta el momento en el que los tenistas se estrechan la mano en la red. Y eso se demostró en el partido en el que disputaron Mariano Navone (77° del ranking mundial) y Adam Walton (86°) en la primera ronda del Masters 1000 de Cincinnati.
El tenista argentino, quien ingresó al cuadro principal por ser lucky loser, era el claro dominador del juego, así lo demostró durante el primer set, que se lo llevó por 6-4, en poco menos de 50 minutos de juego. En dicho parcial, quebró en una de las cuatro oportunidades que tuvo y en el que no le concedió chances a su rival para recuperar.
Luego, en la segunda manga, el desarrollo fue más parejo que en el comienzo del match, aunque el oriundo de 9 de Julio logró imponer una importante ventaja de 5-3. Pese a no poder cerrarlo en el 5-4, volvió a romper el servicio del australiano para sacar 6-5, aunque tampoco lo consiguió.
De esta manera, con el envión de haberse metido en partido, Walton emparejó el asuton al ganar el tiebreak por 7-3, dejando a Navone al borde del triunfo.
En el set final, ya el rendimiento del argentino no fue nada parecido a lo del inicio del partido. A tal punto de que pudo mantener su saque en una sola ocasión y no pudo recuperarse: el australiano no volvió a soltar el pie del acelerador y selló el match luego de un contundente 6-1.
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