Después de casi un mes de ausencia, Carlos Alcaraz (N°2 del ranking ATP) regresó a la competencia en el Masters 1000 de Cincinnati. Iniciando su adaptación a la superficie, se permitió una alta cantidad de errores no forzados y puntos de quiebre pero dando pie también a los momentos de brillantez que lo caracterizan como uno de los mejores tenistas del mundo.
El español, número uno del mundo durante 36 semanas y dueño de 21 títulos, desembarcó en suelo estadounidense listo para encarar uno de los tramos más importantes de la temporada: la gira norteamericana sobre canchas duras con el US Open como último destino.
Dejando atrás aquella caída en la definición de Wimbledon ante Jannik Sinner (1°), el ex número 1 del mundo comenzó su recorrido en Cincinnati enfrentando a Damir Dzumhur (56°) en la segunda ronda.
Allí, pese a que inició el encuentro impactando positivamente el score, los errores no forzados se apoderaron de su estrategia en 44 ocasiones, entregó su servicio en tres oportunidades y abrió la puerta a su rival para meterse en la pulseada tal como había sucedido en Roland Garros, donde el de Sarajevo, de 33 años y tres veces campeón en el Tour, lo sorprendió arrebatándole una manga en tercera ronda.
Después de 101 minutos en cancha central, el pupilo de Juan Carlos Ferrero se valió de su categoría como uno de los mejores tenistas de la actualidad y logró hacerse con el triunfo por 6-1, 2-6 y 6-3 para meterse en la tercera instancia y estirar su racha en Masters 1000 con 12 partidos ganados al hilo, detrás de sus conquistas en Monte-Carlo y Roma.
Finalista en la edición del 2023 y dueño de 34 de sus últimos 36 partidos disputados, Alcaraz ahora buscará meterse en octavos de final frente al neerlandés Tallon Griekspoor (32°) o al serbio Hamad Medjedovic (72°).
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