Posiblemente ni en sus mejores sueños el francés Arthur Rinkdernech (54°) y el monegasco Valentin Vacherot (204°) habrían imaginado tamaño desempeño en el Masters 1000 de Shanghai, donde eliminaron a rivales de peso para avanzar hasta la final y dejar todo en familia.
"Dos primos son mas fuertes que uno. Ganaste hoy, felicidades, di todo lo que tenía. Estoy tan feliz por ti, espero que haya más. Los amo tanto chicos", inició en la premiación el de Gassin, de 30 años y verdugo del serbio Hamad Medjedovic (65°), del estadounidense Alex Michelsen (34°), del alemán Alexander Zverev (3°), del checo Jiri Lehecka (19°), del canadiense Felix Auger-Aliassime (13°) y del ruso Daniil Medvedev (18°) en las rondas previas, luego de ceder 4-6, 6-3 y 6-3 en la definición del evento chino.
Posteriormente, el ahora dos veces subcampeón en el máximo nivel, que se acalambraría duramente en su intento por subir al escenario, destacó el desgaste de las últimas horas: "Físicamente estoy agotado, no lo puedo negar. La preparación para la final no fue la mejor. Creo que me quedé dormido cerca de las 03:30, así que la noche fue corta. El partido contra Medvedev en semifinales me dejó exhausto, es un oponente que te hace trabajar muy duro para conseguir cada punto".
"Pero no fue por eso que perdí, Valentin estuvo extraordinario. Estoy muy orgulloso de él, de lo que hizo, de todo lo que mostró esta semana. La pequeña estrella que brilló sobre nosotros brilló un poco más a su lado esta noche. Me alegro por él, por Benjamin (Balleret), por sus padres, mi tía y toda la familia. Sobre todo, eso es lo que queda", prolongó el reciente octavofinalista del US Open, que escalará hasta el 28° puesto del ranking mundial.
En consecuencia, el gigante galo analizó: "Estas han sido dos semanas excepcionales. He vencido a tantos jugadores muy fuertes, uno tras otro. Hoy probablemente me faltó un poco de frescura. Valentin jugó el jueves, sábado y domingo, mientras que yo jugué el viernes, donde puse mucha energía, el sábado, terminando muy tarde, y luego el domingo. Jugué tantos partidos en un espacio de tiempo muy corto, sin mencionar que las condiciones de calor y humedad pusieron una tremenda tensión en nuestros cuerpos"
"Estoy extremadamente orgulloso de mis dos semanas y del trofeo de finalista, de mis seres queridos que me apoyan, de mi equipo, con Lucas Pouille, mi entrenador, al frente. Él cree en mí, me ha empujado. Espero que este sea el comienzo de una gran aventura y que lleguemos lejos juntos: comencé a trabajar con él hace solo cinco meses, en un momento difícil, cuando incluso estaba considerando retirarme. En cierto sentido, él me salvó. Su confianza representó el punto de inflexión", valoró acerca de su compatriota.
Por último, el dueño de seis trofeos Challenger puntualizó sobre la cercana relación que mantiene con su primo, de 26 y primer embajador de su país en alzar un trofeo en el circuito masculino: "Algo así no volverá a ocurrir, nunca más en la historia. No solo en este siglo, sino en la historia misma. Lo que ocurrió no puede volver a ocurrir. Es magnífico, excepcional. Podremos hablar de este momento sentados en un banco cuando seamos dos ancianos de 80 años".
"Siempre lo he arrastrado, desde que éramos pequeños. En la nieve, lo arrastraba. En su bicicleta, lo arrastraba. En el tenis, lo arrastraba. Siempre lo empujé, lo hice venir a Texas. Lo animé durante los dos años que pasamos juntos allí, cuando llegó, como yo lo había hecho antes, en medio de la nada. Cuando llegué, estaba solo. Cuando él llegó, yo estaba allí. Lo cuidé. Siempre quise lo mejor para él", confesó.
"Es un chico que se lo merece. Lo amo con todo mi corazón, siempre lo he amado. Estoy extremadamente orgulloso. Le dije en la red que era fabuloso. Le tengo un respeto enorme, y ahora le tendré aún más. No me sorprendió, sabía de lo que era capaz. ¡Pero no tiene derecho a burlarse de mí por esta victoria!", concluyó Rinderknech, lanzándole una risueña advertencia al nuevo número 40 del planeta.
Toda la acción del Masters 1000 de Shanghai se pudo seguir por Disney+ Plan Premium.
