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Casper Ruud dio una sincera definición sobre Carlos Alcaraz y Jannik Sinner

Casper Ruud, reciente campeón del ATP 250 de Estocolmo, ofreció una reflexión contundente sobre la jerarquía actual en el circuito.

En un momento de sinceridad tras su victoria, el noruego reconoció que existen actualmente dos tenistas que se encuentran en un nivel prácticamente inalcanzable, lo que plantea un enorme desafío para el resto del circuito.

Es que Carlos Alcaraz y Jannik Sinner han marcado una diferencia notable con respecto a sus competidores.

“Tenemos en el circuito a dos tenistas que son completamente injugables”, sentenció Ruud. Una frase directa que encapsula el sentir de muchos en el vestuario, donde el talento descomunal y la regularidad de estas jóvenes figuras han levantado un muro difícil de escalar. Para Ruud, esta situación no debe interpretarse como una derrota psicológica, sino como un punto de partida desde el cual los demás deben trabajar con aún más determinación.

Lejos de quedarse en la admiración o en la resignación, el noruego propuso una mirada realista pero activa. “Después somos unos 30 jugadores luchando por mejorar y aprovechar oportunidades”, dijo, según cita Tennis Weekly Podcast. Ese bloque de jugadores, entre los que él mismo se incluye,busca el momento adecuado para dar un golpe sobre la mesa.

Ruud considera que la clave está en aceptar la diferencia de nivel sin perder de vista el objetivo final. “Debemos asumir que están en otra esfera”, explicó, haciendo referencia a que el primer paso es reconocer la superioridad momentánea de quienes dominan. Esa distancia, aunque frustrante, puede convertirse en motivación si se aborda con inteligencia y trabajo continuo.

A partir de esa aceptación, el siguiente paso es no obsesionarse con alcanzarlos directamente, sino con mejorar cada aspecto del propio juego. “Olvidarnos de ellos y simplemente, tratar de evolucionar para hacer que parezcan humanos”, añadió. Con esto, Ruud sugiere que el foco debe estar en el desarrollo individual, en el progreso técnico y mental que permita acortar esa brecha.

La victoria en Estocolmo le permitió al noruego reencontrarse con su mejor versión en una superficie que históricamente no ha sido la más favorable para él. En su análisis del torneo, destacó la necesidad de adoptar una postura más agresiva, asumir riesgos y mejorar el uso de su revés, especialmente en condiciones de cancha cubierta.

En definitiva, Casper Ruud no solo se llevó un trofeo en Estocolmo, sino que dejó una visión clara sobre el estado del circuito. Con humildad y ambición, reconoce que algunos están en otro planeta, pero eso no impide que los demás sigan luchando para traerlos de vuelta a la Tierra. Porque, como él mismo dice, “hay que hacer que parezcan humanos”.