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Con solo 21 años, Denis Shapovalov es el tenista más joven ubicado dentro del Top 20 del ránking ATP. El canadiense, nacido en Israel, tiene varios detalles que explican su buen momento en el circuito: su entrenador Mijaíl Yuzhny, la psicología, la meditación y su mentalidad ambiciosa para mejorar día a día.  Que el tenis entre en su vida solo era cuestión de tiempo. Si bien Shapovalov tocó por primera vez una raqueta a los cinco años, lleva el deporte en la sangre. Es que su madre, Tessa Shapovalov, fue tenista profesional y llegó a estar rankeada entre las 400 mejores del mundo representando a la Unión Sovietica. Cuatro años después de su retiro y con Denis de solo un año, emigró a Toronto para trabajar como entrenadora en el Richmond Hill Country Club. Al poco tiempo, abrió una academia de tenis y allí sería donde Shapovalov se enamoró del tenis. "Cuando mi hermano (Evgeniy) entrenaba con mi madre, yo intentaba correr en la cancha para distraerlo, y golpeaba las bolas. Al principio estaba bien porque fallaba pero poco después comencé a perturbar demasiado la práctica y mi madre dijo que era hora de comenzar a jugar si quería" confesó en una entrevista con el sitio oficial de la ATP. Sus primeros años como juvenil no fueron fáciles. "Al crecer, no era un niño normal. Recuerdo despertarme a las 5:00 o 6:00 am para practicar antes de la escuela, y luego volvía a entrenar a las 10:00 o 11:00 pm, para tratar de mejorar, mejorar algo, llorar en la cancha y simplemente poner todo lo que tenía" remarcaba en su entrevista con la ATP. Su familia, explica, fue uno de los pilares fundamentales a la hora del crecimiento y el apoyo para dedicarse a ser un tenista profesional. "Mis padres y mi equipo se esforzaron mucho. No recibimos ningún apoyo, así que tuvimos que poner todo el esfuerzo, todo el dinero, todo. Estábamos cuestionando qué deberíamos hacer porque llegamos a un cierto punto donde viajaba y no podíamos permitirnos el lujo de ir a más torneos. Pero siempre creí en mí mismo y mi familia creía en mí" explicó el canadiense. El 2017 lo encontró comenzando en el puesto 250° con solo 18 años. Al finalizar el año, ya estaba entre los mejores 50 tenistas del mundo. Aquel año fue revolucionario para el oriundo de Israel, que fue el semifinalista más joven en la historia de un Masters 1000 luego de vencer a jugadores como Juan Martín Del Potro o Rafael Nadal. Su ascenso vertiginoso hizo que fuese el Top 50 más jóven en los últimos años, igualando lo hecho por el propio Nadal en 2004. Pero dentro de ese crecimiento, a Shapovalov empezaba a faltarle algo. Su mentalidad comenzó a jugarle malas pasadas y, partidos que parecían controlados o sencillos en la previa, terminaban en eliminaciones tempranas. "No estoy apareciendo en los grandes momentos últimamente" llegó a declarar. El punto de cambio frente a esta situación se dio a mediados de 2019. Shapovalov abandonó a su entrenador y contrató a Mijaíl Yuzhny. El ruso, ex número 8 del mundo, comenzó a trabajar con el canadiense y llegó a declarar que Denis "Cambió su mentalidad, cambió su estado de ánimo" luego de empezar a trabajar juntos. Y los frutos no tardarían en llegar: obtuvo su primer título ATP (Estocolmo 2019) y alcanzó su primera final de Masters 1000 (París) perdiendo ante Novak Djokovic. Al cambio de entrenador, también le sumó dos cosas: la psicología y la meditación, que la realiza en los descansos del cambio de lado. Ambas cosas llegaron a su vida hace seis meses, cuando el Covid-19 interrumpió la temporada del tenis. "Con la meditación visualizo lo que estoy haciendo, cómo quiero jugar y cosas por el estilo, es algo en lo que he estado trabajando con un psicólogo durante los últimos 5/6 meses. Aún es muy temprano pero creo que me está ayudando bastante" declaró luego de su triunfo ante Fritz por el US Open 2020. En el Grand Slam estadounidense, Shapovalov se convirtió en el primer canadiense en alcanzar los cuartos de final. Además, también logró llegar a dicha instancia en dobles, junto a su pareja Rohan Bopanna, y se convirtió en el primer tenista en lograrlo en los últimos 14 años. Curiosidad del destino, el último en lograrlo fue su entrenador Mijaíl Yuzhny. “Cuando me despierto, mi único propósito es mejorar y mejorar algo. Estoy tratando de crecer como jugador y como persona. Quiero disfrutar donde estoy en mi carrera. Ya no tengo que preocuparme por las finanzas o lo que voy a hacer si no gano este partido. Simplemente me divierto y trato de mostrarle al mundo mi juego" cerró en su charla con la ATP en 2019.
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