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Vilas-Connors: la final que no tuvo un campeón

La reciente coronación del griego Stefanos Tsitsipas (5°) ante el ruso Andrey Rublev (8°) cerró una nueva edición del Masters 1000 de Monte-Carlo, torneo que se disputa desde 1986 en el Montecarlo Country Club, ubicado en el Principado de Mónaco. Lo curioso es que, quizá, una de las finales que más esté grabada en el imaginario colectivo, sea aquella que jugaron Guillermo Vilas y Jimmy Connors en 1981 y que no tuvo vencedores ni vencidos.

Es necesario ir 40 años hacia atrás, más precisamente, hay que retroceder al 19 de abril de 1981 y situarnos en la final de Monte-Carlo. A aquel encuentro, llegaron el marplatense Guillermo Vilas, ganador de 62 títulos y vencedor en dos oportunidades del certamen (1976 y 1982), y el estadounidense Jimmy Connors, exnúmero uno del mundo y poseedor de 109 coronaciones a lo largo de su carrera.

El domingo, día fijado para dirimir al campeón, las inclemencias del clima obligaron a los organizadores a postergar el encuentro para el día siguiente: el lunes habría campeón. Pero las cosas no resultaron tal y como fueron previstas. A los 55 minutos de haber comenzado las acciones entre los tenistas zurdos y cuando el marcador reflejaba 5-5 0-15 con Vilas al saque, la lluvia dijo presente una vez más en el Principado. El partido debió suspenderse finalmente.

Con la imposibilidad de reanudar la final ese mismo día, se barajaron distintas alternativas. La primera opción, descartada casi de inmediato, era que jugasen el martes. Pero resultaba imposible ya que Connors debía viajar a Estados Unidos para disputar una serie de torneos. La otra alternativa, era que el partido se completara el día siguiente a la final de Roland Garros, un 7 de junio.

Pero las cosas seguían torcidas y el destino parecía decir que no quería que exista un vencedor para la edición de Monte-Carlo 1981. La pronta eliminación de Vilas en los octavos de final a manos del francés Jannick Noah y la derrota del estadounidense en los cuartos de final ante el argentino José Luis Clerc, no ayudaron al calendario. No había fecha una posible para el choque. Los días pasaron, las semanas transcurrieron y los años dejaron un final abierto. Nunca se completó el encuentro decisivo.

La historia del primer Masters sobre polvo de ladrillo de la temporada ha visto a grandes campeones. El apellido de Nadal, aquel que aparece grabado en 11 oportunidades en el trofeo de campeón es, sin dudas, el más rutilante. Pero también se destacan otros: además del ya mencionado Vilas, aparecen el de Nastase, Borg, Wilander, Muster y el del propio Djokovic, entre otros. Pero el apellido que jamás aparecerá, será el de la edición de 1981. Aquella que Vilas y Connors no pudieron definir. Aquella final sin vencedores ni vencidos.