Uno siempre lucha por lo que ama y Grigor Dimitrov es un claro ejemplo de esto. Su temporada está en una contante pendiente en subida y parece que nada ni nadie puede frenarlo.
El efecto Indian Wells con una cancha más lenta y un clima caluroso le sienta muy bien al búlgaro. Dejó en el camino a Reilly Opelka, a nada más ni nada menos que Daniil Medvedev y ahora, despachó en tres sets a Hubert Hurkacz para meterse en una nueva semifinal de Masters 1000 tras Paris 2019.
El Dimitrov que se está viendo no es el mismo de 2017 cuando se consagró ganando el ATP Finals. Es un Grigor más feliz, alegre y confiado que disfruta de su juego.
Hasta el propio Medvedev lo dijo luego de derrota en los octavos del certamen estadounidense: "Jugando a este nivel, no lo veo perdiendo contra nadie".
El 2021 del actual 28 del mundo no estaba siendo el mejor. De los 16 torneos que disputó hasta el momento, 6 se despidió en primera ronda y 3 en segunda. Además sólo en dos oportunidades logró cosechar cuatro victorias en un mismo certamen: Abierto de Australia e Indian Wells.
Hay que recordar que en el primer torneo de Grand Slam de este año, el búlgaro no se podía poner una medias por los dolores que sufría en la parte baja de su espalda. Verlo luchar ante los mejores y ganarles es claro ejemplo de un tenista que ama lo que hace.