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Dementieva y Myskina, la rivalidad que inició la era dorada del tenis ruso

Durante largos años dentro del circuito, Maria Sharapova tomó posición como la máxima referente del tenis ruso. Sin embargo, la chispa que dio vida a la dinastía comenzó con otras protagonistas en escena: Anastasia Myskina y Elena Dementieva. La rivalidad entre ellas alcanzó su punto cúlmine en la final de Roland Garros 2004. En la previa del segundo Grand Slam de la temporada, repasamos una de las rivalidades más destacadas del circuito femenino.

La llegada del tenis soviético a la cima del circuito no se produjo de un día para otro, se trató de un proceso continúo y paulatino durante los años previos. De 1996 a 2004, Rusia multiplicó su representación dentro de los cuadros principales de Grand Slam. Ocho cabezas de serie en Roland Garros ‘04 portaban la bandera tricolor. La nómina de jóvenes promesas integrada por Dinara Safina, Maria Sharapova, Svetlana Kuznetsova y Vera Zvonareva estaba comandado por quienes ya tenían un recorrido más extenso hasta ese momento, Elena Dementieva y Anastasia Myskina, múltiples campeonas en la gira femenina.

Hasta entonces, las moscovitas se habían citado en ocho oportunidades dentro de la gira. La historia comenzó en Estambul 1997 con ganancia para Elena pero rápidamente Myskina tomó la delantera y sumó sus primeros triunfos frente a su amiga. Antes de la gran definición en tierras parisinas, habían logrando emparejar el head-to-head a cuatro victorias por lado, clara demostración del nivel en el que competían durante ese período.

El camino de Myskina en Roland Garros 2004 comenzó con una trabajada victoria frente a la australiana Alicia Molik. Los siguientes encuentros se desarrollaron sin demasiados sobresaltos hasta que llegó la primera compatriota: Svetlana Kuznetsova, a quien venció en un desafío a tres sets. En cuartos de final, una vieja conocida se topaba en su cruzada. Venus Williams, campeona de Wimbledon 2000, había ganado los dos choques previos. Sin embargo, Anastasia se encontraba en el momento y el lugar indicado para conquistar su primera estrella frente a la estadounidense. Hizo lo propio en semifinales contra Jennifer Capriati: inauguró su racha luego de cuatro derrotas seguidas ante la joven superestrella que, durante esa misma temporada, se vio obligada al retiro debido a las lesiones.

Dementieva, por su lado, llegaba a la última instancia del torneo luego de atravesar un cuadro en el que debió batallar con rivales de la talla de Lindsay Davenport, Amélie Mauresmo y Paola Suárez -una de las cuatro figuras argentinas en fases decisivas durante esa edición junto al semifinalista David Nalbandian, Guillermo Coria y Gastón Gaudio, finalista y campeón del certamen-. El partido contra la sudamericana le dio a Elena un boleto más que especial: superó su mejor actuación en torneos de Grand Slam, hasta entonces las semifinales del US Open 2000, para citarse con una amiga en su primera gran definición. La N° 5 y la N° 10 del mundo frente a frente buscando el primer título Major en nombre de Rusia -la actuación más destacada de una compatriota habían sido las finales alcanzadas por Olga Morozova en Roland Garros y Wimbledon 1974-.

La victoria de Myskina en la definición de Roland Garros ante Dementieva (6-1, 6-2) abrió la puerta a lo que llegó más tarde en esa temporada. A la primera rusa campeona de Grand Slam se le sumó la joven Maria Sharapova en Wimbledon y Svetlana Kuznetsova en el US Open. Además, dentro del circuito WTA, se sumaron a festejar campeonatos Vera Zvonareva, Elena Bovina y Elena Likhovtseva. Un seleccionado imponente que concluyó aquel 2004 soñado con el triunfo en la Fed Cup ante Francia. Un año para el recuerdo dentro de la historia del tenis ruso.