Guido Pella es uno de los tantos deportistas surgidos de la localidad de Bahía Blanca, situada en el sudoeste de la provincia Buenos Aires. En diálogo con La Nación, compartió su experiencia del desastre que ya causó 16 muertos, cientos de desaparecidos y miles de evacuados.
El campeón de la Copa Davis 2016 le explicó al periodista Sebastián Torok cómo se vio afectada su familia por el agua: "Mis viejos están en una de las peores partes, en el centro. La otra zona más afectada es la cercana a los arroyos. Bahía está, literalmente, en un pozo. La construcción de la ciudad fue de terror. Entonces el agua que cae va a parar al centro. La cuadra de mis viejos, más allá de que no tuvo las peores correntadas que se vieron, se llenó de agua. Cuando empezó a subir el agua, mi mamá me mandó un mensaje diciéndome lo que pasaba. Fue desesperante".
Si bien actualmente reside en la Capital Federal, el ex número 20 del mundo, campeón del ATP 250 de San Pablo 2019 y retirado oficialmente en septiembre de 2023, había estado en la ciudad el día anterior a la fatídica noche de la lluvia, festejando la graduación de Catalina, una de sus hermanas: "Tuve suerte, hubiera perdido el auto, porque siempre lo dejo en la calle. Fue algo apocalíptico; terrible".
Dentro del caótico panorama, el cuartofinalista de Wimbledon 2019 pudo tener la calma de que sus padres estaban a salvo: "La casa de mis viejos es de dos pisos, lo más grave que les podía pasar era que se les perdiera lo material, pero no tenían riesgo de muerte o que los arrastrara el agua, como pasó con gente de casas de una plaza. Me quedé tranquilo sólo en ese aspecto, pero después empezamos tratar de localizar a otros familiares que viven en casas de una planta, que finalmente sí perdieron todo".
"Tengo un familiar, por ejemplo, que tiene un bebito de tres años y tuvieron que escaparse por la ventana, pedirle ayuda a un vecino y meterse por el techo. Lamentablemente, Bahía se está convirtiendo en una ciudad con estos problemas. Reconstruir será laburo de años", concluyó el versátil zurdo, visiblemente afligido por la angustiante situación.