La envidiable posición en el ránking mundial de la ATP, en la que Ferrero es el tercer jugador el mundo y Moyá el cuarto, hacía presagiar una victoria sin paliativos del equipo español que ha demostrado ser "prácticamente" invencible sobre la arcilla roja.

Ferrero, de 23 años, resolvió su duelo con Christophe Rochus en una hora y 45 minutos pese al frío y la amenaza de lluvia con que recibió Sevilla (sur de España) a los dos equipos.

Una única ruptura del saque de Rochus fue suficiente para adjudicarse el primer parcial por 6-3, en apenas media hora, mientras que en el segundo, tres nuevos "break" encaminaron el segundo set que resolvió con un cómodo 6-2.

En el tercero, Ferrero perdió la concentración y Rochus lo aprovechó para situarse con un inquietante 2-5. Poco después, con 4-5, el belga contó con una bola de set que no aprovechó y el número español no dio más condiciones, encadenó cinco juegos consecutivos y dio el punto de la tranquilidad.

Poco después, Moyá saltó a la pista confiado en la victoria, pero el agua le jugó una mala pasada. Dominaba a Xavier Malisse por 1-0 en el primer set cuando la lluvia interrumpió el encuentro durante una hora y 45 minutos.

Todavía excesivamente frío tras la pausa, Moyá dejó que su rival tomase la iniciativa en el partido. Malisse rompió el servicio del español en el quinto juego y se colocó con un peligroso 3-5 y 0-30 en el noveno.

Fue en ese momento cuando el número dos español sacó a relucir su clase, ganó confianza en sus golpes y su tenis se transformó en un vendaval que no encontró respuesta.

Después de tres juegos consecutivos de Moyá, Malisse logró forzar el desempate, pero las fuerzas le fallaron en los momentos decisivos y el mallorquín se adjudicó la primera manga en la primera bola de que dispuso por 7-6 (7-2 en el desempate). Moyá ganó sin problemas el segundo set por 6-1 y en el tercero trabajó más para imponerse al final por 7-6 (7-5).