"Es una gran alegría ganar un torneo y en casa con mayor motivo", dijo Ferrero, que agradeció el apoyo del público durante toda la semana. "Ha sido la primera edición y es normal que no haya habido un lleno hasta arriba. Esperemos que el próximo año que vengan mejores jugadores", puntualizó.

El tenista valenciano asumió la facilidad con la que se impuso al belga Rochus y reconoció que un encuentro "durísimo" le hubiera perjudicado para afrontar el torneo de Roma la próxima semana.

"Un partido durísimo no hubiera sido bueno para mí, he tenido suerte de que no he tenido choques de tres sets y así llegaré mejor físicamente a Roma", agregó.

Ferrero aseguró que todavía arrastra molestias en la parte interna del hombro debido al esfuerzo que ha realizado este año, pues no ha descansado como en temporadas anteriores cuando utilizaba esta semana para hacerlo y preparar los torneos de Roma, Hamburgo y Roland Garros.

"Me estoy pegando una buena paliza, bien del todo no estoy, en la parte interior del hombro todavía arrastro molestias, va a ser difícil que logre estar al cien por cien, porque el martes juego en Roma", añadió.

Preguntado por las cualidades que necesita para convertirse en el 'número uno' del tenis mundial, el tenista valenciano afirmó que tiene que "ser más regular en pista rápida, aunque ya lo estoy consiguiendo, estoy muy cómodo en pista rápida y por eso estoy arriba", y recordó las finales disputadas este año en los torneos de Shangai y Sydney.

Además, el belga Cristophe Rochus, que cosechó en Valencia su mayor éxito como profesional, reconoció que se enfrentaba ante el "mejor jugador del mundo" en tierra batida, y señaló la dificultad que conlleva jugar contra Ferrero por el hecho de disputar el partido ante la afición valenciana.