La pelea será por el número uno

La lucha por el número uno entre el australiano Lleyton Hewitt y el estadounidense Andre Agassi y la presencia de tres españoles centrarán la Copa Masters que desde el martes comienza en Shanghai

SHANGAI -- La lucha por el puesto de número uno al final del año entre el australiano Lleyton Hewitt y el estadounidense Andre Agassi y la participación histórica de tres españoles, Juan Carlos Ferrero, Carlos Moyá y Albert Costa, centrarán la Copa Masters que desde el martes comienza en Shanghai.

Tan solo 88 puntos separan a Hewitt, campeón de Wimbledon y defensor del título de Maestro de un hambriento Agassi, que a pesar de haber ampliado su cifra récord de ganador de torneos Masters Series a 15 tras vencer en Madrid quiere poner fin a la temporada convirtiéndose en el jugador más veterano que acaba la temporada como número uno del mundo, con 32 años y siete meses.

Teniendo en cuenta que el vencedor del torneo en Shanghai recibe 150 puntos, el de Las Vegas tiene en su mano esa oportunidad de oro para asombrar una vez más con su enorme capacidad para superar retos que para otros deportistas de su edad serían inalcanzables.

Además hay otro aliciente que anima a Agassi, pues aunque este año ha logrado cinco títulos (nadie le ha podido sobrepasar), la temporada se le escapará sin obtener un Grand Slam, por lo tanto una victoria en Shanghai serviría para hacer olvidar esa afrenta.

Hewitt lo tendrá muy difícil en esta ocasión pues el destino le ha deparado un sorteo en el que precisamente tendrá de compañeros a los dos únicos jugadores con los que tiene un balance negativo de enfrentamientos, el ruso Marat Safin, con tres victorias y cuatro derrotas, y el español Carlos Moyá con 2 y 4, respectivamente. La temporada ha sido este año especialmente dura y la lucha para conseguir el billete para Shanghai más todavía. El hecho de que tres españoles lo hayan logrado pone de manifiesto el nivel del tenis nacional.

El jugador mallorquín es el claro ejemplo de esta lucha sin cuartel. Moyá ha ganado cuatro títulos este año (Acapulco, Bastad, Umag y el Masters Series de Cincinatti), pero tras resentirse en Madrid de la espalda dejó todo en manos del destino y optó para reservarse en París.

En la capital francesa fue donde dio el do de pecho venciendo a Agassi en cuartos en su mejor partido de la temporada para colocarse en semifinales, y allí solo un inspirado Marat Safin logró detenerle, pero ya con la clasificación en el bolsillo y sabiendo que había resuelto esa deuda consigo mismo. Finalista en 1998 y semifinalista en 1997 en el Masters, Moyá ha adquirido la experiencia necesaria para mostrar sus armas y recordar que en una pista similar fue capaz de vencer a Pete Sampras y que en Shanghai puede hacer mucho daño.

Junto con Moyá, y con el recuerdo de los dos únicos españoles que han ganado un Masters, Manuel Orantes en 1976 en Houston, y Alex Corretja en la final histórica de 1998 en Hannover contra el mallorquín, el valenciano Juan Carlos Ferrero y el ilerdense Albert Costa también afilan sus armas. Para el de Onteniente será su segunda cita en la reunión final de la temporada. El pasado año, en la disputada en Sydney, se sobrepuso de una derrota inicial contra el ruso Yevgueni Kafelnikov y alcanzó las semifinales donde Hewitt le apartó del camino.

Juan Carlos vuelve a figurar entre los ocho últimos con ese pequeño bagaje pero amparado en una campaña en la que se ha llevado dos títulos, el Masters Series de Montecarlo, el de Hong Kong y la final de Roland Garros. Acompaña en el grupo a Agassi, con el recuerdo de la derrota que el americano le infligió en Madrid recientemente, pero también eso es algo que puede espolearle, y en una cita histórica lo importante será el ardor y el peso que ponga sobre la pista.

El objetivo de Ferrero como del resto es alcanzar por lo pronto las semifinales. Sus otros rivales, el suizo Roger Federer y el checo Jiri Novak, tienen balances negativos contra el valenciano que antes de emprender viaje a Shanghai matizó que se tomaba esta oportunidad como una ocasión ideal para igualar como mínimo lo que hizo el pasado año. Para Albert Costa es también un buen momento para aprovechar. El ilerdense llegó al Masters de 1998 de rebote cuando estaba de vacaciones ya, y como sustituto, pero ahora no ha tenido tiempo de colgar la raqueta. Como campeón de Roland Garros tiene que defender su estatus, aunque haya acudido a Shanghai como invitado especial.

Costa sabe que la superficie cubierta no es su fuerte, y que contra Moyá, Hewitt y Safin en el mismo grupo parte como víctima propiciatoria, pero precisamente esta circunstancia le puede hacer jugar suelto y sin presión, algo necesario en una semana histórica como esta.

-EFE

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