"El final de un sueño", titula el diario France Soir, un día después que Francia perdió su título al perder la final con Rusia por 3-2, luego de haber estado en ventaja de 2-1.

"Decepcionante, triste e inconcebible", fue el veredicto de Le Parisien por la segunda derrota francesa en la final en cuatro años.

El debutante Paul-Henri Mathieu fue el infortunado que perdió el quinto y último partido con el poco conocido ruso Mijail Youthzny, con el agravante de que ganó los dos primeros sets para dejarse arrebatar la victoria.

El presidente francés Jacques Chirac, que invitó al equipo a almorzar el lunes, trató de consolarlos. "Vuestra actitud en la cancha es un ejemplo para todos los deportes y quiero darles mi sincero agradecimiento", les dijo.

Pero algunos aficionados consideraron menos ejemplar la estrategia del capitán del equipo, Guy Forget.

Forget eligió a Mathieu para jugar en la rueda final pese a que no tenía experiencia en la Davis. Mathieu perdió su primer individual el viernes con Marat Safin, tercero en el escalafón mundial.

El capitán mantuvo al tenista de 20 años para el quinto encuentro el domingo cuando pudo haber apelado al más experimentado Fabrice Santoro. Mathieu estuvo a dos puntos de dar el triunfo a Francia en el cuarto set, pero la presión le resultó excesiva.

"Catapultado a la final sin la menor experiencia, a Paul-Henri Mathieu no le fue mejor que quienes le precedieron en esa situación", comentó L'Equipe.

De los otros cinco jugadores que debutaron en la final de la Davis desde que se estableció la rueda final en 1972, solamente John McEnroe ganó su compromiso. Pero el estadounidense había jugado antes en dobles en la Davis, mientras que Mathieu era debutante absoluto.

"Si tuviera que hacerlo todo de nuevo, no cambiaría nada", afirmó Forget. "No tengo nada de qué arrepentirme". Pero no fue solamente su selección de jugadores lo que provocó dudas. Francia, como nación sede, tenía derecho a elegir la superficie y escogió canchas de polvo de ladrillo.

Francia había perdido dos veces la final como local en esa superficie: en 1982 con Estados Unidos y en 1999 con Australia. Es la más familiar a la mayoría de los tenistas franceses, pero volver a elegirla con esos antecedentes pareció cuestionable para algunos.