Una Juventus mucho más efectiva que vistosa derrotó 1-0 este miércoles a Atalanta en la final de la Copa Italia y, de esa manera, levantó este trofeo por 15ª ocasión.
Juventus arrancó ganando casi desde los vestuarios, ya que el serbio Dusan Vlahovic aprovechó a los 4 minutos una buena asistencia de Andrea Cambiaso para abrir el marcador.
Luego ejerció por el resto del partido una de sus principales virtudes: la solidez defensiva. Se paró de contraataque, confiada en esa fortaleza, y se las arregló para sostener el cero en su meta, pese a que por momentos pasó sofocones y hasta fue salvada por un palo a los 79 tras un muy buen disparo del ruso Aleksey Miranchuk.
Alguno hasta podrá tildar de avaro el planteo de Massimiliano Allegri, porque sobre todo en el segundo tiempo prácticamente resignó la faz ofensiva. Pero, en lo estríctamente resultadista, fue exitoso.
A Atalanta también le faltó potencia en ataque, porque si bien tuvo la supremacía en la posesión durante todo el encuentro, no consiguió una gran cantidad de ocasiones de peligro, más allá de la mencionada de Miranchuk. En buena parte, por mérito de la Vecchia Signora.
15ª título de Copa Italia para la Juventus, que esta vez le sirve para 'salvar la ropa' en una temporada en la que no estuvo en la pelea por el título de la Serie A.